La actividad económica de nuestro país ha sufrido subidas y bajadas, pero los últimos indicadores del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) muestran que las finanzas de nuestro país están viviendo un retroceso importante. Los últimos meses han estado sumamente volátiles; de pronto el panorama parece ser más optimista y de repente las cifras caen y el escenario deja de ser alentador.
Nuestro vecino del norte ha cambiado e inevitablemente habrá modificaciones que tendrán efectos sobre nuestro país. El nuevo presidente de Estados Unidos tiene planes distintos que quizá ayuden a la recuperación de la economía mexicana. Los mercados globales y los inversionistas alrededor del mundo están a la espera, pues Joe Biden tiene pensado implementar un paquete de medidas fiscales que incluirán inversiones en energías renovables e infraestructura.
La economía global parece estar más frágil que nunca y el escenario para este año que comienza no parece ser mucho mejor. Algunos cuantos opinan que ha habido un ligero crecimiento económico seguido de una profunda recesión, mientras que muchos especialistas coinciden en que el panorama pinta mucho más complejo, tanto a nivel financiero como a nivel sanitario.
La pandemia del Covid-19 llegó al mundo y provocó un giro radical en los distintos países. Millones de personas fueron afectadas, muchas fronteras fueron cerradas y el confinamiento global comenzó a crecer. La pandemia aterrizó en los distintos países y el virus se fue desplazando poco a poco. Las medidas restrictivas fueron incrementando con la idea de contener al virus y el sector turístico sufrió graves consecuencias.
Estamos inmersos en el momento más complejo de la pandemia y muchos nos negamos a ver la realidad. Las cifras de contagios y muertes van en incremento y muchos habitantes de nuestro país se aferran a reactivar sus actividades de manera tajante. Estamos pasando por uno de los agujeros económicos más complicados, pero hay prioridades y la de nuestro gobierno no parece ir sobre la línea más adecuada.
La inversión, tanto pública como privada, es un elemento clave para la recuperación de la economía mexicana, pero aún no logramos volver a generar la confianza suficiente. La actividad económica de nuestro país ha sufrido subidas y bajadas y los últimos datos arrojados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), apuntan hacia un ligero decrecimiento.
La pandemia ha tenido un impacto monstruoso a nivel global y los efectos no dejan de aparecer sin importar a donde volteemos. El Covid-19 se ha logrado infiltrar en distintos sectores, consiguiendo devastar la economía mundial. El virus ha permeado por donde ha podido y las repercusiones están saliendo a la luz sin tener planes de desaparecer.
Los negocios familiares van cayendo poco a poco y la falta de apoyo del gobierno convierte el panorama en uno más complejo. Los micronegocios son un sostén importante para la economía mexicana y la pandemia ha devastado a muchos de ellos. Infinidad de micro y pequeñas empresas de nuestro país se han visto en la necesidad de bajar sus cortinas de manera permanente y el virus aún no logra diseminarse.
El tráfico aéreo cayó con la llegada de la pandemia y cada día se fue volviendo más complejo el esquema. Millones de personas dejaron de viajar y las repercusiones sobre el sector aéreo fueron monumentales. Poco a poco se ha ido levantando, pero los pronósticos apuntan hacia una recuperación que tomará tiempo, pues las pérdidas fueron más graves de lo esperado.
Una de las vías para reactivar la economía es recuperar la confianza de los inversionistas, sin embargo, las cifras no avalan esta premisa. Las inversiones son clave para recuperar la economía global y, en nuestro país, es un punto crítico para dar paso hacia una mejoría significativa. Pese a todo, muchos inversionistas aún permanecen dudosos, pues los efectos de la pandemia del Covid-19 siguen resonando.
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