No somos más felices con más dinero
Tener más dinero no es sinónimo de una mejor calidad de vida ni de niveles de felicidad más altos. Tener mayores ingresos no nos asegura un futuro económico más estable ni nos garantiza que nuestras finanzas personales no se modificarán. Lograr la independencia económica requiere de un gran compromiso, altos niveles de auto disciplina y una buena dosis de educación financiera.