Aprendiendo de una crisis
Una crisis puede surgir de manera espontánea y afectar diversas áreas de nuestra vida. Una crisis puede ser interna o externa y, dependiendo de su origen, serán las repercusiones. Las crisis internas afectan de manera directa sobre nuestras finanzas personales. Las crisis que inician en el exterior generan fricciones externas, pero es más fácil manejarlas internamente, pues tenemos la oportunidad de tomar medidas y reaccionar oportunamente, así como manipular la situación a nuestro favor. Cuando las crisis tienen su origen en el exterior, el impacto financiero a nivel personal depende de la manera en que manejemos la situación.
Las crisis tienen una razón de ser. Las crisis son momentos de pausa, momentos de reflexión y momentos de oportunidad. Las crisis tienden a generar incertidumbre, pero si tomamos las cosas con filosofía, podemos aprender mucho de ellas. Las crisis financieras nos permiten replantear nuestro esquema actual, nos permiten analizar nuestra situación económica, nos permiten estudiar a detalle nuestro presupuesto y determinar aquello que es necesario y aquello que no lo es.
Las crisis económicas nos permiten entender el funcionamiento de nuestras finanzas personales. Nos permiten establecer nuevas metas y objetivos, nos permiten recortar gastos que no son elementales y nos incitan a tomar decisiones importantes. Las crisis económicas son un parteaguas que nos permiten entender el ahorro y las inversiones desde otro punto de vista y nos orillan a mejorar nuestros hábitos financieros. La volatilidad y la incertidumbre nos permiten priorizar.
Las crisis son momentos de reflexión, por lo que es elemental no paralizarnos. Ante una crisis económica, lo importante es intentar mantener un terreno sólido, proteger nuestras finanzas, continuar con el hábito del ahorro y no dejar de invertir. Ante una crisis económica, es vital mantenernos centrados y no realizar compras de pánico ni hacer gastos impulsivos. Es fundamental hacer uso de nuestra inteligencia, de las estrategias que conocemos y de las herramientas con las que contamos.
Las crisis nos impulsan a aprender y a enfrentar una nueva realidad. Nuestras finanzas estarán a salvo si logramos mantener cierta estabilidad, tanto interna como externa.