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El esquema laboral cambió

El esquema laboral cambió, buscando beneficiar a la economía mexicana, pero aún no salen a la luz los resultados esperados. Distintas empresas se protegen tras la eliminación de la subcontratación y comienzan a promover amparos, pues parecen estar inconformes con la modificación de la reforma y buscan estabilizar sus actividades.

La economía mexicana va reviviendo

La pandemia arrasó con el empleo y las repercusiones siguen apareciendo meses después. El mercado laboral sufrió grandes pérdidas, pero la reciente reactivación económica podría traernos buenas noticias. El avance ha sido sumamente lento, pero quizá vayamos encontrando las estrategias acertadas para encaminar a la economía mexicana hacia un mejor futuro.

Estrategias en el aire

Podríamos acercarnos a la recuperación económica de nuestro país, reactivar la economía y regresar a los niveles previos a la pandemia. Podríamos caminar por vías más estables, recobrar fuerza en materia laboral y enfocarnos en reparar las grandes pérdidas que hemos vivido. La economía mexicana va avanzando, encontrando rumbo y ganando terreno, pero aún hay estrategias por concretar y un camino por recorrer.

El camino no será tan fluido

La pandemia sigue permeando en la vida de millones de trabajadores mexicanos y los efectos van escalando la montaña. El mercado laboral aún no logra estabilizarse, a pesar de que los recientes pronósticos parecen ser más optimistas. El empleo formal sigue en el aire, la informalidad va a la vanguardia y la pandemia sigue mostrando su lado negativo. La crisis económica aún no desaparece y muchos locales bajan sus cortinas debido a una importante caída en sus ventas.

Parchando el conflicto

La pandemia afectó considerablemente al mercado laboral y el trabajo doméstico fue uno de los más impactados. Millones de trabajos desaparecieron al inicio de la pandemia, generando un incremento sustancial en la tasa de desempleo y acentuando los índices de pobreza.

La mala racha permanece

Los efectos de la pandemia siguen y el mercado laboral no logra recobrar fuerza. Algunos sectores van mejor, pero muchos van rumbo a la ruina. Algunos establecimientos han conseguido sobrevivir a los estragos económicos de la pandemia, pero muchos otros han perdido la esperanza y ni el semáforo verde los salvará de cerrar sus puertas de manera permanente.

No podemos pedirle peras al olmo

La desigualdad laboral sigue presente y la pandemia no ha hecho más que acentuar los efectos. Recuperar los niveles previos a la pandemia no será fácil y este factor será un elemento más que no debemos perder de vista. Tanto mujeres como hombres fueron perdiendo importantes oportunidades en materia laboral y la crisis económica se sigue infiltrando en distintos sectores, pues el Covid-19 agudizó la precarización de los ingresos de millones de familias mexicanas y revertir los efectos no será nada sencillo.

No hay vía segura

No conseguimos recuperar nuestro lugar en el radar de inversión, ni encontramos la manera en que los inversionistas nacionales y extranjeros vuelvan a confiar en nuestro país. No logramos dar pasos seguros hacia una franca recuperación económica, pues el constante cambio de reglas genera altos niveles de incertidumbre. Tenemos la clave del éxito de las finanzas mexicanas, pero no logramos concretar estrategias para impulsar el crecimiento económico de nuestro país.

Hay prioridades

México se va recuperando y millones de personas van regresando a sus plazas laborales. El mercado laboral va caminando hacia un mejor futuro tras vivir meses llenos de incertidumbre. La población económicamente activa comienza a retomar fuerza y la economía mexicana va tomando vuelo, pero el proceso no será tan ágil ni tan rápido, pues hay desafíos que cruzar y grandes problemáticas financieras que resolver en el camino.

La clave está en esperar

La crisis económica sigue activa dentro de nuestro país y vamos registrando ligeras fluctuaciones. Las finanzas mexicanas aún no logran estabilizarse, los altibajos se mantienen presentes y el camino que tenemos por delante es aún incierto. La nueva normalidad va tomando forma, pero la desigualdad se dispara, pues los distintos sectores van recobrando fuerza a su propio ritmo y no logramos hacer un impulso sostenido.