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Se instala la nueva normalidad

La pandemia afectó considerablemente a la economía mexicana y los efectos siguen presentes. Las finanzas de nuestro país se vieron devastadas, los números se desestabilizaron y la volatilidad financiera aterrizó. El panorama se fue complicando, la pobreza extrema arrasó y un sinfín de familias mexicanas se vieron cubiertas por un telón de incertidumbre.

Una buena cultura

Podemos tener una buena salud financiera si aprendemos a administrar nuestros recursos con conciencia, si nos situamos en nuestra realidad presente y aprendemos de nuestros aciertos y errores del pasado. Es factible que nuestras finanzas personales fluyan, que nuestra vida sea más pacífica y que nuestros niveles de estrés financiero caigan. Es viable que nuestra calidad de vida incremente, pero debemos priorizar nuestras finanzas personales e iniciar nuestro recorrido por una cultura financiera sana.

Los efectos siguen

Los niveles de pobreza incrementan y no logramos frenar esta difícil situación. La economía mexicana no logra impulsarse, desarrollar nuevas estrategias de crecimiento y encontrar un justo medio. Las finanzas de nuestro país no han recuperado el vuelo, no tienen un rumbo dirigido y siguen en relativa fragilidad. La recuperación del empleo no ha conseguido frenar la caída en los ingresos de millones de hogares mexicanos y las circunstancias se complican.

Reinventando nuestras finanzas

Tenemos que reinventar nuestras finanzas personales, atacar el conflicto de raíz y analizar nuestra situación económica para implementar las estrategias adecuadas. Es elementa que pensemos en el presente, sin perder de vista nuestras experiencias pasadas y visualizando la calidad de vida que pretendemos tener a futuro. No podemos dejar a un lado nuestra esencia y nuestros aprendizajes previos, pero tampoco podemos descuidar la relación que tenemos con el dinero, pues un mal paso podría afectar nuestra vida financiera.

Buscamos nuevas estrategias

La economía mexicana necesita nuevas estrategias para crecer y busca empoderarse para salir del gran pozo en el que ha caído. Necesitamos tratar de dar forma a la política económica con reglas claras y concretas, con planes precisos y con una estructura sólida. Las finanzas de nuestro país necesitan encontrar una base firme para impulsarse y no asumir nuevas deudas.

Tomando control

Es importante estar al tanto de nuestra vida financiera, no descuidar la manera en que administramos nuestros recursos y tener certeza de nuestros movimientos financieros. Es vital actuar con seguridad, saber que nuestras decisiones son acertadas y confiar en nuestra intuición. Es elemental que adquiramos una buena educación financiera, que elijamos nuestro camino con base en nuestro estilo de vida y que nos encarrilemos hacia la independencia económica.

Relativa estabilidad

La economía mexicana se desestabilizó, los índices de pobreza se dispararon y muchos empleos brillaron por su ausencia. Millones de micro, pequeñas y grandes empresas se vieron obligadas a bajar sus cortinas, tuvieron que hacer una pausa y muchas no lograron reactivar sus actividades tras meses de pandemia.

Evitando daños

Solemos dar por hecho que nuestra vida financiera fluirá naturalmente, que las cosas no cambiarán y que el futuro será certero. La realidad es que la vida es dinámica, los días van avanzando y de pronto nos damos cuenta de que nuestras finanzas personales han sufrido un giro radical. No entendemos cómo cambiaron las cosas ni encontramos la manera de enderezar nuestra situación económica, pero siempre podemos prevenir embrollos sin nos educamos financieramente.

No logramos rescatar la economía

La pandemia del Covid-19 disparó los índices de pobreza, causó grandes embrollos en la economía mexicana y afectó a millones de personas. La percepción de infinidad de mexicanos se vio alterada, los hábitos de consumo de muchos cambiaron y las finanzas de nuestro país estuvieron en pausa por un largo periodo.

El dinamismo de la vida

Nuestras finanzas personales pueden mejorar a pesar de los sucesos externos, pero debemos aprender a percibir las señales. Podemos aprender sobre la marcha, incorporar nuevas estrategias financieras y hacer uso de herramientas innovadoras. Damos por hecho que nuestra salud financiera permanecerá por siempre, que nuestras finanzas personales se mantendrán estables y que nuestra vida será estática, pero los imprevistos aparecen y, si no estamos preparados, nuestras finanzas personales se pueden ver altamente dañadas.