Invirtiendo erróneamente
Nunca habíamos vivido una situación económica similar a la que enfrentamos hoy. La historia reciente de nuestro país jamás había pasado por una recesión económica tan profunda y los bancos centrales no estaban preparados para hacer frente a un escenario tan complejo. Las circunstancias financieras que nos rodean hoy por hoy son cosa desconocida y el camino hacia la recuperación ha causado grandes embrollos nacionales e internacionales.
El mundo entero está de cabeza, aunque algunos países van unos pasos por delante de otros. La crisis económica global es inminente, el mundo entero enfrenta grandes desafíos económicos y el clima financiero parece permanecer relativamente nublado. El impacto de la pandemia fue monumental y las repercusiones de un mal manejo se siguen haciendo notar dentro de nuestro territorio.
No tenemos idea de cuando regresaremos a una relativa estabilidad económica y veremos un panorama más cercano a la normalidad que conocíamos. No sabemos cuando lograremos un crecimiento económico sostenido, pero tenemos claro que el camino que estamos tomando no es el más eficiente.
Vivimos en un entorno de incertidumbre, perdimos nuestro lugar en el radar de inversión y recuperar los graves daños económicos y laborales provocados por la pandemia no será cosa fácil. La crisis sanitaria sigue presente y, mientras no se solucione, difícilmente lograremos impulsar el crecimiento económico de nuestro país y estabilizar las aguas del mercado laboral.
Nuestra economía va acumulando pérdidas y no contamos con las estrategias adecuadas para mitigar sus efectos. Sabemos que hay mucha liquidez y que no hemos alcanzado los niveles de inversión necesarios para impulsar una mejoría económica. Tenemos claro que nuestro país está siendo poco productivo en materia financiera, que estamos endeudados y que el estancamiento económico es una realidad, pero no sabemos como salir del pozo, pues estamos invirtiendo en las áreas y en los sectores erróneos.