¿En qué invertir?
Las inversiones significan generar activos con la intención de que, a través del tiempo, el dinero crezca. La inversión no se puede entender sin considerar el riesgo que ésta conlleva, ya sea bajo, medio o alto. El riesgo se refiere a la volatilidad del valor de la inversión: si el riesgo asociado a la inversión es bajo, el valor de los retornos tiende a cambiar poco; por el contrario, si el riesgo es alto, el valor tiende a fluctuar. Sin embargo, los inversionistas que arriesgan más son quienes obtienen mayores rendimientos.
Las inversiones generan rendimientos de dos maneras:
- En forma de beneficio. Si se invierte en un activo que puede vender, esta inversión genera ingresos en forma de beneficios.
- A través de la acumulación de ganancias. Si se invierte con un plan que tiene rendimientos, la inversión genera ingresos en forma de acumulación de ganancias.
En resumen, las inversiones significan convertir el ahorro en activos o bienes que tienen posibilidad de incrementar su valor en el futuro. Ahora, ¿qué invertir? Para empezar a invertir, necesitamos dinero, que podemos hacer crecer en valor a lo largo del tiempo a través de diversas herramientas de inversión.
Hay tres categorías básicas de inversión:
- En propiedades. Este tipo de inversiones se refiere a los activos que adquieren los inversionistas, quienes se convierten en propietarios. Dentro de esta categoría se encuentran, por ejemplo: bienes inmuebles o acciones de empresas.
- Inversión crediticia. En este esquema, el inversionista presta dinero a empresas o al gobierno bajo contratos donde los prestamistas se comprometen a devolver el dinero con cierto interés. Ejemplos de esta categoría son: títulos de deuda pública o bonos corporativos.
- Equivalentes de efectivo. Este tipo de inversiones son a corto plazo, y con alta liquidez, es decir, que pueden convertirse en dinero efectivo fácilmente.