Cambiando creencias

Cambiando creencias

Nuestras conductas hacia el dinero podrían ser un reflejo de nuestra salud mental. La relación que tenemos con nuestro capital puede tener sus raíces en aprendizajes que tuvimos durante nuestra primera infancia. La manera en que percibimos nuestros recursos y organizamos nuestra vida financiera podría venir de experiencias que vivimos durante nuestros primeros años de vida y con creencias que fuimos internalizando en el camino. 

Algunas personas suelen ser sumamente generosas, mientras que otras son un tanto cuidadosas con su capital. A algunas personas se les facilita ahorrar constantemente y logran alcanzar el éxito financiero, mientras que a otras se les dificulta enormemente y encuentran trabas en el camino. Algunos seres humanos son más impulsivos que otros y no logran controlar sus fugas de capital, mientras que otros son sumamente precavidos y cuidan cada centavo que tienen en sus bolsillos. 

La realidad es que no existe una fórmula secreta que nos permita entender el comportamiento humano, pues cada situación es única y no hay una receta universal. La realidad es que muchos de nuestros conflictos financieros tienen sus raíces en dilemas emocionales que pueden corregirse. La realidad es que podemos analizar nuestra vida y deshacernos de aquellos pensamientos que ya no nos son útiles. La realidad es que podemos desechar aquellas conductas que ya no nos funcionan y que solo afectan nuestra vida financiera. 

Muchas personas seguimos patrones aprendidos y tenemos guiones fijos acerca del dinero, pero podemos modificarlos para que nuestra situación financiera sea mejor. Muchas personas tenemos ideas fijas acerca de la manera en que debemos administrar nuestros recursos y de las vías que debemos seguir para alcanzar la libertad financiera. Muchas personas vivimos con una mentalidad cerrada y no pensamos que existen distintas estrategias que pueden beneficiarnos y que pueden tener un impacto positivo sobre nuestra calidad de vida. 

La realidad es que hay muchos caminos para alanzar la independencia económica y para dejar atrás aquellos tormentos emocionales que debilitan nuestra situación financiera. La realidad es que hay infinidad de herramientas, instrumentos, productos y servicios financieros que pueden jugar a nuestro favor, pero debemos educarnos financieramente, informarnos constantemente y mantenernos actualizados para que la vida no nos alcance y podamos tomar decisiones más acertadas.