El ahorro es tan simple como lo visualicemos
La vida está hecha de pequeños momentos que constituyen el día a día. Si tomamos esos momentos como oportunidades de conectarnos con nosotros mismos y realmente vivir en el presente y con conciencia plena, el resultado que lograremos será establecer hábitos que vayan más acordes con nuestros valores, nuestros principios y nuestro estilo de vida personal. Si vivimos con conciencia plena, lograremos identificar aquellas pequeñas prácticas y rutinas que lograrán transformar nuestra situación financiera.
Los seres humanos somos criaturas de hábito y buscamos la rutina para anclarnos de algo que nos brinde seguridad. Con tan solo pequeñas modificaciones en nuestras prácticas diarias, podremos conseguir resultados positivos en términos de ahorro.
Pensemos en nuestro día a día y hagámoslo más eficiente. Preparar grandes cantidades de comida en casa en lugar de salir a comprar diariamente, logrará ahorrar unos cuantos centavos que a la larga se traducirán en grandes montos. Además no tendremos que cocinar diario, lo cual resulta en otro ahorro. Sigamos con el ahorro de agua, el cual no solo se traduce en un ahorro económico sino en un cuidado del planeta. Lo mismo sucede con esas pequeñas costumbres de imprimir sin cesar. Si resulta elemental, quizá la mejor alternativa sea reutilizar papel e imprimir por ambos lados, así como utilizar un tipo de letra y un tamaño específico que permita hacer uso de menos hojas y un menor uso de tinta. Es más fácil ajustar la luz de la pantalla para leer más cómodamente aquellos cientos de documentos que requerimos en nuestro entorno laboral. Este ahorro es triple, pues ahorramos papel, reciclamos y ahorramos en nuestra cuenta de luz.
Hay un sinfín de maneras de ahorrar y nuestro vivir cotidiano nos permite hacerlo de manera natural. Caminar o utilizar una bicicleta ahorra capital, es más ecológico y nos ofrece mayores oportunidades de salud. A veces lo barato sale caro, así que invertir un poco en algunos artículos y productos no es mala idea. Quizá el gasto inicial sea un poco mayor, pero a la larga, los beneficios ganarán. Las compras impulsivas son otro tema. Es importante comprar con conciencia y comparar antes de gastar. Hasta en la cocina podemos ahorrar, pues teniendo las estrategias adecuadas, lograremos ahorros significativos que impactarán directamente en nuestra cuenta de luz y gas.
Una de las maneras más primitivas de ahorrar capital es depositar el cambio que recibimos directamente en una alcancía. A veces las recetas más sencillas son las mejores. Observemos nuestro entorno, aprendamos de manera significativa y anclemos esos pequeños conocimientos que vayamos adquiriendo a experiencias positivas. El ahorro es viable y es tan simple como lo visualicemos.