Volatilidad
La volatilidad es un término económico que nos permite medir los cambios de un activo financiero. La volatilidad nos ayuda a determinar tanto la intensidad como la frecuencia y nos ayuda a valorar los riesgos de los distintos instrumentos financieros. La volatilidad nos se basa en retornos históricos y suele medirse en términos anuales.
La volatilidad es un instrumento de medición financiera que nos ayuda a conocer la rentabilidad de los activos financieros, nos permite entender los tipos de interés y nos abre los ojos ante las fluctuaciones de los precios en el mercado financiero. Este concepto es sumamente utilizado en el universo de las inversiones.
Es importante mencionar que la volatilidad financiera puede aparecer en cualquier momento, por lo que conocer su tendencia nos ayuda a tomar decisiones con inteligencia financiera y a saber cuando nos es más conveniente realizar inversiones. Saber evaluar con conocimiento nos permite ampliar el panorama y tomar en cuenta los factores de riesgo para mitigar los posibles efectos de nuestros movimientos financieros.
La volatilidad es una variable fundamental que no debemos perder de vista, pues suele alertarnos sobre posibles riesgos. Cuando conocemos la tendencia de nuestras inversiones, podemos evitar riesgos o, al menos, disminuir el impacto sobre nuestras finanzas personales.
Existen distintos tipos de volatilidad, incluyendo la volatilidad histórica, la volatilidad implícita, la volatilidad estocástica y la volatilidad determinista. La volatilidad histórica tiene que ver con la rentabilidad de un activo financiero en un lapso determinado. La volatilidad implícita, también conocida como volatilidad del mercado, se relaciona con el futuro de un activo financiero. La volatilidad estocástica hace referencia al momento en el que los activos financieros se modifican y la volatilidad determinista tiene que ver con cambios sin errores de medida.
En pocas palabras, la volatilidad es una manera de medir riesgos, de conocer con base en rentabilidades históricas, de calcular con conocimiento de causa y de hacer estimaciones más concretas respecto a nuestros movimientos financieros.