Las repercusiones en los mercados financieros por el Covid-19

Las repercusiones en los mercados financieros por el Covid-19

El Covid-19 sigue haciéndose notar y no deja de dejar rastro por donde pasa. Los mercados financieros mundiales han sufrido grandes repercusiones a causa de la pandemia y una nueva ola ha generado grandes caídas y altos niveles de incertidumbre. La volatilidad sigue presente y aparece de manera constante. Los mercados accionarios experimentan nuevas pérdidas y la incertidumbre es la única certeza. 

El mundo entero de ha visto altamente afectado por la pandemia del Covid-19. La economía global pende de un hilo y está más volátil que nunca. Una nueva ola ha llegado y los estragos financieros se hacen notar nuevamente. Hay nuevas pérdidas en las bolsas más importantes a nivel mundial y la ola de contagios no parece desaparecer. De nuevo se implementan medidas restrictivas para mitigar los contagios por Covid-19 y las finanzas mundiales sufren las consecuencias. Una nueva ola de contagios se dispara y tiene un impacto directo sobre el desempleo. Una nueva ola de contagios aparece y los inversionistas vuelven a pararse sobre terreno incierto. 

Las perspectivas económicas caen de nuevo y el panorama a corto plazo se mantiene bajo un esquema de incertidumbre. Las proyecciones a futuro no parecen ser muy alentadoras y la economía global podría tener cicatrices eternas. El mercado laboral podría tener pérdidas aterradoras que provoquen un daño permanente. La crisis sanitaria no deja de hacerse presente y los mercados financieros se contagian. Las repercusiones están a flor de piel y no parece haber señales de una completa recuperación, al menos no en el futuro cercano. 

Quizá haya esperanza. Quizá encontremos una solución contundente. Quizá logremos una reestructura que permita impulsar la economía global. La realidad es que estamos pasando por un momento sumamente complejo y la única constante es una incertidumbre aterradora. Estamos pasando por una situación inesperada que nos provoca desesperanza y una sensación de debilidad. No sabemos lo que nos espera a corto plazo y la incertidumbre aparece incluso cuando comenzamos a ver rayitos de esperanza.