Tiempo sin estrategias

Tiempo sin estrategias

El tiempo nos ha enseñado que debemos situarnos en el presente con una mirada hacia el futuro. Hemos entendido que las cosas pueden cambiar de la noche a la mañana y que la economía global puede sufrir un vuelco de trescientos sesenta grados en un abrir y cerrar de ojos. Nos hemos dado cuenta de que las finanzas de nuestro país son altamente inestables y que la incertidumbre es la única realidad que conocemos en estos momentos. 

Algunas perspectivas coinciden en que vamos dando pasos hacia adelante y que comenzamos a vislumbrar la recuperación de la economía mexicana. Algunos pronósticos aseveran que vamos avanzando lento pero seguro y que nuestros pasos van por buen camino. La realidad es que vamos dando saltos hacia adelante y brincos para atrás, pues las finanzas de nuestro país siguen frágiles y no contamos con las estrategias más adecuadas para hacer frente a este gran caos económico. 

Aspiramos a ser como otros países y solemos compararnos con la economía de nuestros vecinos sin pensar en que vivimos en realidades distintas. La infraestructura de cada región es diferente, las decisiones gubernamentales varían y las herramientas utilizadas para impulsar la economía cambian. 

Nuestro gobierno ha tomado decisiones que nos han encaminado a una crisis económica aún más profunda, nos han dejado en desventaja y han conseguido grandes pérdidas. Las decisiones del gobierno federal no han sido del todo acertadas y el mundo nos tiene bajo la mira. Hemos perdido la confianza de los inversionistas nacionales y extranjeros, el turismo ha disminuido de manera considerable y vamos perdiendo el rumbo. 

La solución está en nuestras manos, pero la economía de nuestro país está en juego. Las circunstancias son complejas, la situación económica de nuestro país es sumamente débil y nuestro futuro financiero no tiene para donde moverse. Estamos inmersos en aguas turbias y el panorama a corto plazo no parece verse muy distinto. Las finanzas mexicanas están pasando por momentos de volatilidad y no encontramos las estrategias para incentivar la inversión. 

El tiempo es oro y lo estamos desperdiciando, pues no tenemos un plan de acción para salir de esta gran catástrofe económica.