Rumbo a la mejoría
Los riesgos se mantienen latentes, los niveles de inflación crecen, la demanda se dispara y la oferta no alcanza. Los precios de distintos servicios y productos se disparan, la economía mexicana se desestabiliza y hemos alcanzado niveles inesperados. Las finanzas de nuestro país están hechas un gran embrollo y necesitamos reforzar la política monetaria a través de un incremento de la tasa de referencia del Banco de México (Banxico) para intentar controlar los niveles de inflación, pero la solución no es tan sencilla como parece.
El entorno económico que nos rodea es complejo, los precios se están contaminando lentamente y los riesgos permanecen en el aire. Las finanzas mexicanas no logran salir del pozo y escalar la montaña rumbo a la recuperación. No conseguimos jalar el hilo adecuado y encaminarnos hacia una franca recuperación, pues día a día aparecen nuevos elementos que nos hacen dudar y generan incertidumbre dentro de nuestro territorio.
Hemos encontrado distintos factores que han complicado el proceso y que han puesto en riesgo a la economía de nuestro país. Nos hemos topado con elementos inesperados que han surgido súbitamente. Al inicio de este año sentimos una relativa mejoría en la economía mexicana, pero poco a poco la esperanza se fue desvaneciendo y la volatilidad financiera regresó.
Estamos bajo altos niveles de presión inflacionaria y no logramos ajustar los números. Las condiciones económicas de nuestro país no parecen rebasar fronteras, no conseguimos recuperar la confianza de los inversionistas y las decisiones gubernamentales no parecen estarnos encaminando por las vías más adecuadas.
Las restricciones permanecen, pero no tienen planes de ser más minuciosas, pues la economía mexicana podría caer aún más profundo y desequilibrar lo poco que hemos logrado. Los pronósticos no son del todo mejores, pero podríamos acercarnos a una relativa recuperación durante el próximo año, pues el Producto Interno Bruto (PIB) tiene previsto crecer y generar mayores niveles de certidumbre.