Nos mantenemos en una encrucijada
La situación económica de nuestro país es frágil, los niveles de pobreza están en su máximo resplandor y el desempleo va que vuela. Estamos pasando por un momento histórico, las finanzas de nuestro país están devastadas, pero al menos podemos reconocer que los subsidios otorgados por el gobierno federal han sido aprovechados. Las cifras recientemente reportadas por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) corroboran que, sin estos subsidios, infinidad de familias estarían sumándose a la pobreza extrema.
Pese a los apoyos gubernamentales, la situación que vivimos en el interior de nuestro país es crítica, los datos están disparados y no tenemos hacia donde movernos. La pobreza extrema va acaparando los rincones menos esperados y las finanzas mexicanas caen cada vez más.
No tenemos estrategias y el tiempo se nos viene encima. Millones de mexicanos han sido afectados por la pandemia y la crisis sanitaria vuelve a salir a la luz. La nueva variante continúa teniendo efectos sobre la salud de infinidad de habitantes y las repercusiones económicas no parecen ser nada fáciles de controlar.
Las condiciones de nuestro país son poco menos que caóticas, la economía mexicana vive sobre un telón incierto y los hilos se pueden desprender en cualquier momento. No tenemos certeza sobre lo que sucederá en los próximos meses, pero, sin duda, son determinantes para el crecimiento económico de nuestro país.
Nuestros niveles de inversión no son atractivos, los inversionistas huyen y nuestra economía cae. Las restricciones incrementan ligeramente, la pobreza no cede y pocas familias mexicanas que se encuentran en situaciones vulnerables logran adquirir la canasta básica. Millones de habitantes mexicanos están en riesgo y las labores de muchas cabezas de familia penden de un hilo a pesar de que se asegura que la actividad económica no volverá a cerrar. Los efectos financieros se manifiestan por donde vamos pasando y nos mantenemos en una encrucijada.