La incertidumbre no cede
La crisis económica que estamos viviendo nos ha ampliado el panorama. La crisis financiera que nos cubre nos ha enseñado que el mundo entero es sumamente frágil. La crisis económica que nos circunda nos ha abierto los ojos a una nueva realidad y nos ha hecho sentir la vulnerabilidad en su máxima expresión. La crisis financiera nos ha hecho notar que todos estamos interrelacionados y que lo que afecta a un país tiene repercusiones directas sobre otros.
Las elecciones presidenciales de nuestro vecino del norte están a un paso de distancia. La economía norteamericana tiene un impacto significativo a nivel global y con las elecciones en puerta, seguramente muchas economías se verán afectadas. Todo depende de quien gane la elección. Todo depende de factores externos que están fuera de nuestro alcance. Todo depende de los mercados financieros globales y de las respuestas de los distintos países. Todo depende de la posición en la que se sitúe nuestro país y de la independencia económica que podamos lograr.
México siempre ha sido dependiente de Estados Unidos. La economía mexicana y la economía norteamericana siempre han estado ligadas. Nuestro país no parece tener autonomía, al menos no ante nuestro vecino del norte. Esta dependencia llega años, por lo que es difícil cortarla de raíz. Esta dependencia es sumamente compleja, por lo que las consecuencias de un cambio radical podrían ser devastadoras para las finanzas de nuestro país.
La crisis económica actual nos ha presentado con un panorama distinto y nos ha hecho replantear muchos aspectos de la realidad mexicana. La crisis económica actual ha convertido el proceso electoral norteamericano en una situación más compleja de lo habitual. La crisis financiera está lejos de resolverse y las implicaciones podrían ser más complejas de lo esperado. La incertidumbre no cede y ahora también dependemos del ganador de las elecciones norteamericanas.