La desigualdad nos invade

La desigualdad nos invade

La desigualdad es una realidad que nos rodea y la pandemia ha conseguido acentuar las diferencias. La pandemia del Covid-19 ha adoptado una nueva identidad y se ha convertido en el virus de la desigualdad, pues los ricos han conseguido recuperar sus riquezas en tan solo unos meses, mientras que los pobres se van sumergiendo en una situación económica cada vez más compleja. 

El reciente informe de la Oxfam no parece ser muy alentador para quienes no cuentan con altos ingresos monetarios. El pronóstico para esta parte de la población es triste, pues las predicciones apuntan hacia varios años más de complejidades financieras antes de recuperar lo perdido a causa de la pandemia. 

El virus de la desigualdad ha llegado y está más presente que nunca. El virus de la desigualdad nos ha invadido a todos y se ha infiltrado en los terrenos menos esperados. El virus de la desigualdad ha marcado las diferencias, pero sus efectos podrían revertirse si encontramos un modelo económico distinto. 

La pandemia del Covid-19 ha arrasado con distintos sectores a nivel global y nuestro país ha sufrido las consecuencias de un mal manejo y de una serie de malas decisiones. El virus ha atacado a empresas de todos tamaños, ha conseguido tumbar el mercado laboral, ha desaparecido millones de empleos y ha dejado en la calle a un sinfín de familias mexicanas. 

El Covid-19 ha generado una revolución inesperada, ha provocado una crisis sanitaria que no cede y una catástrofe económica de la cual no logramos recuperarnos. La pandemia sigue surtiendo efecto y los bolsillos de millones de habitantes de nuestro país se han visto afectados. El escenario es devastador y no tenemos tiempo que perder. El panorama es complejo, pero podemos subirnos al mismo tren y comenzar a reconstruir las grandes pérdidas.

Estamos pasando por una situación económica sumamente complicada y muchos parecen negar la realidad. Estamos inmersos en una recisión económica que parece no tener fin y muchos permanecen con los ojos cerrados sin ver las grandes repercusiones que nos ha traído un pequeño virus. Estamos sumergidos en medidas ineficientes, estrategias erróneas, reacciones tardías y falta de apoyo gubernamental. Estamos frente a una economía desplomada y aún no conseguimos actuar con certeza para recuperar las finanzas de nuestro país.