Hacia una economía sostenible
México recibió una gran aportación el Fondo Monetario Internacional (FMI), pero debe analizar el escenario y dirigir los recursos hacia el mejor destino. El Banco de México (Banxico) confirma que nuestro país podrá hacer un uso productivo de este capital si lo aplica para pagar la deuda externa. El dinero recibido corresponde a Derechos Especiales de Giro (DEG), los cuales podrán ser utilizados para pagar la deuda pública a cambio de pesos mexicanos y beneficiar a la economía mexicana.
La economía de nuestro país sigue sufriendo los estragos de un mal manejo de la pandemia, las deudas son altas y los niveles de inflación están disparados. Las finanzas mexicanas van avanzando hacia la recuperación, pero el proceso ha sido lento y el horizonte no pinta claro. De acuerdo con el Banco de México (Banxico), con el capital recibido por el Fondo Monetario Internacional (FMI), México incrementa su tendencia a invertir en Derechos Especiales de Giro (DEG), lo cual podría contribuir a un futuro económico más estable.
El gobierno federal podría realizar operaciones e intercambiar el monto por moneda extranjera para cumplir con sus obligaciones fiscales. Esta operación podría ser de beneficio para la economía mexicana, pues lograría estabilizar la moneda nacional y los precios del mercado. Con estos movimientos, podríamos acercarnos a una ligera mejoría en las finanzas de nuestro país, pues tendremos la posibilidad de compensar los grandes desequilibrios que hay entre los ingresos y los egresos de nuestra nación.
Los Derechos Especiales de Giro (DEG) buscan fortalecer las reservas económicas de nuestro país y nos ayudarán a cubrir la deuda externa, pero debemos aprovecharlos a través de medidas eficientes, con transparencia y rendición de cuentas. El capital recibido tiene el objetivo de apoyar a la economía mexicana y beneficiar a la población más vulnerable, pero debemos destinarlo de la manera más asertiva.
La decisión en torno al destino del capital recibido por el Fondo Monetario Internacional (FMI) está en manos de nuestro gobierno, pero debemos asegurarnos de que esta aportación vaya dirigida a una recuperación económica sostenible.