El tiempo sigue corriendo
La economía mexicana está devastada y quien lo niegue seguramente es porque no quiere ver la cruda realidad. Las finanzas de nuestro país están sumamente debilitadas y han cargado con años de pérdidas. La economía mexicana está pasando por un momento complejo y la crisis sanitaria está complicando las cosas cada vez más. Las pérdidas han sido monumentales y el camino hacia la recuperación aún está por verse.
El tiempo sigue corriendo y no logramos encontrar estrategias contundentes para hacer frente a la difícil situación por la que estamos pasando. Millones de empleos se siguen perdiendo, aunque algunos pocos comienzan a recuperarse. Millones de familias mexicanas viven al día y no cuentan con los recursos necesarios para subsistir. Los ingresos de muchos trabajadores de nuestro país han sufrido un recorte importante y, conforme la crisis sanitaria crece, la crisis económica se ve más impactada.
Las decisiones de nuestro gobierno no han resultado ser las mejores y las condiciones parecen ir empeorando cada vez más. La pandemia está lejos de salir de nuestro país y nuestras finanzas siguen debilitándose cada vez más. El camino ha sido largo y tedioso y el panorama a corto plazo no se ve muy distinto. Las medidas restrictivas impuestas por el gobierno funcionaron de manera relativa, pues el virus no logró contenerse y la economía mexicana sufrió pérdidas monstruosas. La contracción económica que hemos vivido ha sido inexplicable y la aparente apertura de actividades no logró resolver la problemática.
Estamos inmersos en un espiral sin salida. Algunas actividades han comenzado a reabrir sus puertas, consiguiendo aumentar la crisis sanitaria. La actividad económica regresa parcialmente, pero el impacto no deja de ser una realidad. La pandemia no logra contenerse y las predicciones a futuro apuntan hacia un panorama poco optimista. Algunos sectores han logrado crecer, mientras que otros han sufrido pérdidas monstruosas que no parecen desaparecer.
Estamos parados sobre un terreno tambaleante que no parece sostenerse. La crisis económica está en su máximo auge y va en subidas y bajadas constantes. La incertidumbre nos rodea más que nunca y nuestro gobierno parece tener otras prioridades. El tiempo sigue corriendo y las circunstancias no parecen mejorar.