El caminito a seguir
La pandemia ha disparados nuestros niveles de incertidumbre. La pandemia ha provocado que la inseguridad ahonde en las mentes de las personas. La pandemia la causado grandes disturbios en la economía mundial y la logrado generar una revolución a nivel financiero. La pandemia nos ha hecho dudar. La pandemia nos ha hecho crecer. La pandemia nos ha hecho encontrar un nicho de oportunidad en medio de una terrible crisis.
Los pronósticos a corto plazo no parecen ser muy alentadores. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) pronosticó un rebote de la actividad económica global para el próximo año. Si las proyecciones son ciertas, el rebote se dará como una consecuencia natural a las medidas que buscaban mitigar los efectos de la pandemia del Covid-19.
Muchas economías han sido altamente dañadas y los efectos podrían durar un largo tiempo. Muchas economías siguen viviendo las repercusiones financieras y sanitarias de la pandemia y no ven luz al final del túnel. Hay muchos factores involucrados, por lo que no será fácil librarnos de esta tremebunda catástrofe. La suspensión de actividades no esenciales, el confinamiento, el distanciamiento social, la contracción del comercio internacional, el cierre forzado de la actividad productiva, la debacle en el sector turístico, la debilidad de los sistemas de salud y el crecimiento de la economía informal tuvieron un impacto monumental.
Todo inició con un pequeño virus que llegó al mundo y las cosas se fueron desencadenando de manera apresurada. Todo inició con pequeños brotes que se fueron convirtiendo en una gran crisis. Todo comenzó como algo inocente que desencadenó grandes retos a nivel mundial. Cada país está intentando salir de este agujero de manera exitosa. El gobierno de nuestro país busca impulsar la actividad económica mientras se encarga de minimizar los contagios. Los especialistas apuntan hacia una recuperación económica desigual. El gobierno federal asegura que la economía se reactivará antes de lo previsto, que se generarán nuevos empleos y que habrá bienestar en la población mexicana.
La recesión económica es un hecho y, al parecer, ningún país está exento. Cada gobierno está tomando sus propias precauciones. Las distintas economías buscan sus propias estrategias para salir adelante. Cada país se centra en sus propias necesidades y capacidades. El presupuesto anual de cada región será distribuido de manera distinta y el nuestro no se queda atrás. Francia inyectará más gasto público para mantener vivas a sus empresas y empleos y buscará cubrir las necesidades de todos sus ciudadanos. Ya sabremos el caminito que seguirá nuestro país.