Cómo despedazar a los gigantes
(8 de noviembre de 2019)
Dividir a los gigantes tecnológicos de hoy (Google, Amazon, Facebook y Apple) podría “destrabar” una inmensa riqueza, de acuerdo con algunos analistas. Con el plan más radical, propuesto por Elisabeth Warren, una contendiente demócrata líder para la presidencia de los Estados Unidos, las partes separadas podrían valer más de $2 billones de dólares, aproximadamente la mitad del valor de las cuatro firmas completas hoy.
Warren presentó en marzo su esquema, con dos vertientes, pero hasta ahora está siendo analizado con mayor cuidado, a medida que su campaña por la nominación presidencial demócrata cobra impulso. La primera parte es relativamente directa: quiere deshacer fusiones tecnológicas consideradas “anticompetitivas” porque se realizaron para neutralizar a potenciales competidores. Esto apunta más que nada a Facebook, que en 2012 compró la red social Instagram por $1000 millones de dólares y en 2014 pagó $19 000 millones de dólares por el servicio de mensajería WhatsApp. En la industria algunos sostienen que ambas empresas podrían haberse convertido en serias rivales para Facebook. Pero Warren también apunta a deshacer otros acuerdos, como el de DoubleClick, un market place de publicidad comprado por Google, y Whole Foods, la cadena de supermercados que fue adquirida por Amazon.
La segunda vertiente del esquema requiere más explicación: los gigantes tecnológicos son mayormente bestias de dos cabezas. No sólo operan un mercado, sino que también compiten en el mismo. Amazon posee el mayor market place del mundo y también vende productos en ese mercado bajo marcas privadas. Apple administra la tienda de apps del iPhone, pero también ofrece sus propias apps. Esto crea incentivos para que estas firmas promuevan sus productos de manera desleal, por ejemplo, presentándolos en primer lugar en las páginas de resultados de sus motores de búsqueda.
Warren busca que los operadores de mercados online que generen ingresos globales anuales de más de $2 5000 millones de dólares sean declarados “empresas de servicios de plataformas” y que se les prohíba ser dueños de una plataforma y hacer negocios en la misma. Como mínimo, esto significaría, digamos, que Amazon tuviera que deshacerse de sus marcas privadas, en particular Amazon Basics. Apple tendría que deshacerse de apps como Mail y Maps. En este momento resulta difícil determinar el efecto de tales divisiones, aunque un análisis de los ingresos de varias partes de los negocios de estos titanes tecnológicos puede dar una idea de su valor. Analistas de activos que hacen análisis de “la suma de las partes” también tratan de estimar el valor de las piezas de un negocio usando como medida firmas similares. Sus evaluaciones, con exceso de entusiasmo de cuánto podrían valer las firmas, a veces parecen fantasiosas. Pero el enfoque puede servir razonablemente bien para unidades de negocios que tienen partes comparables, como Instagram. En junio, Bloomberg Intelligence calculó que Instagram valdría S$100 000 millones de dólares (pese a que algunos en Silicon Valley ubican la cifra en un nivel mucho más alto, de alrededor de $200 000 millones, por su acelerado crecimiento). El banco Brent Thill valúa el negocio de comercio minorista online de Amazon (incluyendo Amazon Basics, pero sin su mercado) en casi $200 000 millones de dólares, y las tiendas físicas de la firma (principalmente Whole Foods) en hasta $6 000 millones.