Atados de manos
Es difícil pensar en una reactivación económica si nos mantenemos en el plano en el que estamos. Es complejo pretender que las cosas mejorarán, que la situación económica de nuestro país será más próspera y que las circunstancias se resolverán por sí solas. La reactivación económica de nuestro país requiere de un gran impulso, el cual va de la mano de la recuperación económica de nuestro vecino del norte.
Las cosas pintan turbias, el panorama no es el más alentador y el optimismo va decayendo poco a poco. Necesitamos incentivar la inversión, que Estados Unidos siga demandando mano de obra mexicana, así como productos y servicios de nuestro país. Buscamos reactivar las finanzas internas, enderezar los graves errores cometidos y caminar hacia adelante, pero las cosas parecen estarse saliendo de control, no logramos recuperar nuestro grado de inversión y el fenómeno de la inflación se ve cada vez más cercano.
Las variables externas permanecen, la economía mexicana pende de un hilo y no logramos dar pasos concretos hacia un mejor futuro financiero. Necesitamos resolver la problemática de raíz, cambiar el canal del gobierno mexicano y lograr recuperar la confianza de los inversionistas nacionales y extranjeros. Buscamos un crecimiento económico, pero la nueva ola de contagios está más fuerte que nunca y estamos espantando al turismo.
Los números parecen ser mejores, pero la realidad es que seguimos económicamente estancados y la situación financiera de nuestro país no parece mejorar. Estamos atrapados en un túnel sin salida, la inestabilidad nos está truncando el camino hacia la recuperación y los niveles de pobreza están fuera de control.
Necesitamos cambios concretos para salir de este profundo agujero y recuperar las grandes pérdidas económicas. Buscamos un impulso que nos ayude a resolver los grandes dilemas y parchar los errores garrafales del gobierno federal. Es indispensable que implementemos cambios contundentes, pero las cosas son más complejas de lo que parecen y estamos atados de manos.