Al final de la fila
Estamos parados frente a la peor crisis económica del siglo y nuestro gobierno no parece estar actuando con seriedad. Estamos inmersos en la catástrofe más evidente de los últimos noventa años y nuestro país no parece estar preparado para luchar. Estamos sumergidos en el embrollo más agudo de los últimos tiempos y no parecemos contar con las herramientas adecuadas para construir un plan de acción contundente.
Si duda alguna, México está pasando por una mala racha a nivel económico. Millones de empleos penden de un hilo y un tanto más han sido completamente erradicados del mapa. La crisis económica se hace más evidente cada vez y nuestro gobierno no parece estar ofreciendo los apoyos necesarios ni implementando las medidas adecuadas para rescatar al mercado laboral. El caos financiero crece con el paso de los días, el panorama se enreda más y más, el gobierno no logra impulsar medidas de emergencias precisas y la reactivación económica de nuestro país es aún una falacia.
No ha habido medidas adecuadas para enfrentar la crisis financiera que invade a nuestro país y las prioridades del gobierno federal están lejos aún. No ha habido estrategias concretas para contener a la pandemia ni herramientas acertadas para mitigar los efectos económicos del Covid-19. Nuestro país es calificado como uno de los peores en términos de manejo de la pandemia y ni con eso logramos dar vuelo a la hilacha.
No tenemos salida viable, al menos no a corto plazo. No contamos con un plan concreto que nos permita salir de esta crisis económica tan profunda. No contamos con el capital suficiente para adquirir la cantidad de vacunas que necesitamos para inmunizar a la población mexicana. Nuestro gobierno ya no cuenta con excedentes monetarios, pues parece haber gastado todo en proyectos que no son tan relevantes en estos momentos. Nuestro gobierno no tiene las prioridades bien establecidas y no hay dinero que alcance para remediar el tremendo enredo en el que estamos metidos.
Otros países avanzan y nosotros nos quedamos atrás. Otros países actúan y nosotros nos enfocamos en prioridades sin importancia. Otros países avanzan, la economía comienza a tomar forma y la reactivación de actividades impulsa al crecimiento financiero. Nosotros vamos al final de la fila y nuestras finanzas nacionales están más debilitadas que nunca.