Una nueva modalidad laboral
Las empresas mexicanas han sufrido un impacto económico significativo derivado de la crisis sanitaria. La pandemia del Covid-19 ha obligado a millones de personas a permanecer dentro de sus hogares, convirtiendo al confinamiento en una necesidad. El distanciamiento social se ha prolongado y la incertidumbre no nos permite avanzar. La rutina personal cambió, la rutina laboral se vio drásticamente modificada y los centros de trabajo se vieron obligados a adoptar estrategias para acatar las medidas de distanciamiento social.
De acuerdo con un estudio de Pricewaterhouse Coopers (PwC) un alto porcentaje de las compañías mexicanas planea implementar estas medidas de manera permanente. Muchas empresas están conscientes del gran reto que esto implica, sin embargo, están dispuestas a tomar el riesgo. Muchas empresas han tenido que modificar sus estrategias de manera dramática, pero, al ver resultados positivos, han considerado la opción de modificar sus dinámicas de trabajo cuando la pandemia desaparezca y la vida regrese a una relativa normalidad.
De acuerdo con los datos arrojados por el estudio de PwC, muchas empresas mexicanas han hecho consciencia sobre los beneficios del trabajo desde casa. Muchas compañías se han dado cuenta de que tendrían menos gastos corporativos, más oportunidades de trabajo y podrían ofrecer mayores beneficios a sus trabajadores. Como en todo, existe una contraparte que incluye la falta de protocolos que garanticen la seguridad de la empresa. Ya tendrán tiempo de trabajar en ello.
La nueva normalidad nos ha impulsado a intentar nuevas estrategias en los centros de trabajo. La nueva realidad nos ha forzado a modificar nuestra vida personal y laboral. La pandemia nos ha impuesto medidas inimaginables y las implicaciones económicas están presentes en todo momento. El tema del desempleo está a flor de piel y el trabajo desde casa podría ser parte de la solución tanto para resolver la crisis económica, como de la crisis del desempleo.