Tenemos parte de la solución
Cada país está poniendo su granito de arena para intentar mitigar los efectos económicos de la pandemia. Cada gobierno está haciendo uso de sus recursos para cubrir las expectativas de sus ciudadanos y apoyar de manera eficiente sus necesidades. Algunos países han comprobado que el ingreso vital es indispensable para reparar la crisis del desempleo. ¿Seguiremos los mismos pasos?
El desempleo se ha convertido en un tema fundamental de la actualidad. El desempleo va a la vanguardia el nuestro país, pues los efectos de la pandemia del Covid-19 han tenido un impacto directo sobre el sector. Millones de empleos, formales e informales, se han perdido y los planes del gobierno federal no parecen estar funcionando del todo. Los analistas expertos proponen un apoyo económico directo aunando a los programas sociales que ya están estipulados.
Las estrategias del gobierno mexicano están tomando un rumbo distinto al de otros países. Nuestro gobierno se está centrando en estrategias inciertas que proyectan la creación de nuevos empleos pero que no tienen un punto focalizado. Los programas sociales son importantes para generar nuevos empleos, pero, para lograr una recuperación económica eficaz, es esencial invertir recursos directos.
Nuestro gobierno sigue tomando las cosas a la ligera y parece estar haciendo caso omiso a las estrategias que han funcionado en otras regiones del mundo. El ingreso vital es un apoyo que ha tenido un efecto sumamente positivo en otros territorios; implementarlo en México sería un apoyo significativo para quienes han perdido su empleo. De acuerdo con los especialistas, para que este apoyo surta el efecto deseado, es necesario que sea equiparable al valor de la canasta básica.
Actualmente, la crisis del desempleo es un conflicto grave que podría equipararse con la crisis sanitaria y la crisis económica. Estamos inmersos en un círculo vicioso difícil de romper y el gobierno federal parece tener parte de la solución en sus manos. ¿Seguirá haciendo caso omiso?