La producción de cacao está en crisis económica
La industria del cacao ha transcurrido generaciones enteras. La producción de cacao en Ecuador lleva efectuándose a lo largo de muchas generaciones, pero el sistema de negocios ha cambiado y quienes dirigen esta profesión se están viendo afectados a nivel financiero. Una crisis económica ataca a estos pequeños negocios y quienes laboran en ellos no están recibiendo un sueldo que vaya acorde con el gran esfuerzo que requiere. El trabajo de los agricultores es arduo y pesado. Las condiciones climáticas no ayudan y la retribución económica es deficiente.
El mundo es cambiante y va hacia delante a pasos agigantados. La tecnología no puede quedarse atrás, por lo que el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) se ha apoyado de expertos para implementar tecnología blockchain con el objetivo de revolucionar la industria del alimento. Gracias a la encriptación de datos utilizada, la información no logra ser manipulada, es trazable, confiable y su costo es relativamente bajo. Gracias a blockchain, es posible dar un seguimiento preciso de la localización del cacao dentro del planeta. Esta tecnología permite dar cierto empoderamiento a los agricultores, quienes logran monitorear todo el proceso. También logran brindar tranquilidad y conocimiento a los consumidores del producto.
Blockchain es una tecnología cuyo valor económico quizá pudiera parecer elevado, sin embargo, los ahorros y ganancias generadas son redituables. Se está probando la efectividad de esta tecnología a través de una alianza con la APEOSAE. La primera barra de chocolate ha sido creada con los mejores granos de cacao. Esta materia prima proviene de plantíos sostenibles libres de deforestación. Los costos de producción y el esfuerzo invertido tanto para los trabajadores como para el cuidado del medio ambiente rinden frutos. La calidad de vida de los pequeños productores es elemental para seguir con este negocio.
Sin importar la región del mundo del consumidor de cacao, la tecnología blockchain permite el rastreo preciso de toda transacción e ingrediente de la barra de chocolate que se está por consumir. Los efectos son positivos. El impacto socioeconómico y ambiental se ven beneficiados. Un chocolate “responsable” está por salir al mercado y la crisis económica está encontrando una solución viable.