La globalización nos ayuda a ahorrar
Ahorrar puede resultar un verdadero dolor de cabeza para muchas personas, especialmente cuando nos comparamos con otros e intentamos alcanzar los mismos estándares. Ahorrar puede traer consigo efectos positivos o negativos, dependiendo de la connotación que le demos. Ahorrar en un mundo globalizado es infinitamente más sencillo de lo que parece, pues, con ayuda de la tecnología, es posible compartir herramientas y estrategias utilizadas en distintas regiones del mundo.
Cada país tiene sus características propias. Cada cultura vive y ve el mundo de manera distinta. Cada individuo tiene sus maneras muy personales de operar y de organizarse. En temas de finanzas personales, todos tienen en común alcanzar metas propias y realistas.
Los japoneses utilizan el método Kakebo, el cual consiste en hacer un registro de todos nuestros gastos, sin excepción alguna. Este método nos permite tomar consciencia del capital con el que contamos, así como de nuestros ingresos y egresos. Este método nos ayuda a establecer pautas dentro de nuestro presupuesto.
Cada cultura hace uso de distintas herramientas para administrar su capital. Algunas personas son fieles a las tradicionales alcancías y logran ir depositando todo el cambio que reciben en forma de monedas. Cada individuo es un mundo y utiliza técnicas distintas para administrar su capital. Algunos son fieles compañeros de los retos y se sumergen en ellos logrando ahorrar. El reto de las cincuenta y dos semanas ha adquirido mucha popularidad en los últimos tiempos. Esta técnica anglosajona consiste en definir una cantidad determinada e ir depositando esa cantidad cada semana durante el tiempo estipulado.
Otra idea es hacer uso del método de los sobres, una técnica que consiste en dividir nuestros ingresos mensuales en distintos sobres. Esto debe realizarse al inicio del mes para que los resultados surtan el efecto buscado. Cada sobre hará referencia a una categoría específica de nuestros gastos. La finalidad es lograr ahorrar al menos un diez porciento de nuestros ingresos mensuales.
Uno más, el preahorro, el cual puede ser automatizado a través de una institución bancaria. A través de este método, lograremos que cierta cantidad, previamente estipulada, sea retirada de nuestra cuenta tradicional y depositada en una cuenta de ahorro. Otra idea, el método Harv Eker, el cual se basa en un sistema de racionalización del gasto mediante porcentajes definidos con anticipación. La teoría del cambio y el efectivo ha resultado sumamente eficiente, pues consiste en ahorrar diez porciento por cada billete gastado.
En fin, existen infinidad de estrategias referentes al ahorro. Un consejo sumamente útil es pretender que nuestro sueldo siempre será el mismo y cualquier excedente será depositado directamente en una cuenta de ahorro. Como vemos, el ahorro es viable y sencillo si contamos con conocimientos básicos y nos empapamos de ideas y estrategias útiles.