Hay mucha incertidumbre
El Covid-19 llegó para arrasar con todo. Muchas vidas están en riesgo y la salud de muchos está en juego. A penas se anunció la segunda fase de la pandemia hace unos días y las repercusiones en el sector económico están ya al pie del cañón. El impacto financiero ha llegado a micro, pequeñas, medianas y grandes empresas a lo largo y ancho del territorio nacional. Al parecer, el pico de contagio no ha llegado a su máximo auge y el panorama no pinta positivo a corto plazo.
Las medidas están siendo tomadas mucho más tarde que en otros países y el riesgo sigue latente. Muchos habitantes de nuestro país no están tomando las cosas con la seriedad que merecen. Muchas compañías han suspendido sus actividades por un tiempo, otras están en vías de cerrar sus puertas. Algunas empresas privadas mantienen sus labores vigentes, pues es la única manera de mantener cierta estabilidad. Pequeñas y medianas empresas están buscando sobrellevar las cosas día a día y logran implementar medidas fuera de sus horizontes para no morir en el intento.
El sector turístico pende de un hilo. Muchos medios de transporte masivo tienen sus actividades suspendidas, o al menos sumamente restringidas. Los centros vacacionales están siendo impactados de manera considerable. Los precios aumentan y la vida cotidiana se está viendo cada vez más compleja. Algunos alimentos básicos están disparando sus costos y, para muchos, es imposible tener acceso a ellos. Muchos dicen que la crisis económica se avecina, pero la crisis ya está en puerta y los impactos están siendo devastadores.
Es fundamental que los ciudadanos del país adoptemos las medidas distanciamiento social y restricción de movilidad al pie de la letra. Si tomamos la situación a la ligera, el ambiente no mejorará en el futuro cercano. Los analistas expertos prevén que la pandemia continúe durante muchos meses más y los efectos se tornarán más complejos cada vez. El futuro es incierto, pero el presente trae mucha incertidumbre. ¿Qué sigue?