Todo depende de nuestra perspectiva
Todo depende de los lentes tras los cuales miremos la realidad y la interpretación que le demos al ambiente que nos rodea. Todo depende de la perspectiva que tengamos de la vida y de los conocimientos que vamos adquiriendo. Todo depende de nuestros logros, de nuestros aprendizajes y la educación financiera que hayamos obtenido.
La administración de nuestro capital no es tan compleja como podría parecer, pues solo requiere de una pequeña dosis de auto disciplina aunada a una buena organización y a la implementación de las herramientas y estrategias adecuadas.
Lo primero que debemos hacer es tomar consciencia sobre nuestra situación económica y tener claro que el ahorro es elemental si buscamos mejorar nuestra calidad de vida. Debemos asegurarnos de incursionar en una cultura financiera sana que nos permita mantener nuestras finanzas personales estables. Debemos entender que todo comienza con pequeñas aportaciones a nuestra cuenta de ahorro, que, a la larga, se convertirán en grandes inversiones y altos beneficios para nuestra vida.
Formar parte de una cultura financiera sana implica ligeros sacrificios que se traducirán en grandes beneficios a futuro. Tener hábitos financieros sanos implica planear y construir un colchón para emergencias que nos ayudará a proteger nuestros recursos. Tener salud financiera implica planificar para lo inesperado y mantener nuestra estabilidad financiera a través de una rutina de orden y auto disciplina. Mantener nuestras finanzas personales bajo control implica hacer una evaluación exhaustiva de nuestra realidad y eliminar aquellos gastos que complican nuestro escenario.
Una vez que tengamos claro el terreno sobre el cual estamos parados, será más fácil tomar las riendas de nuestra vida financiera. Una vez que logremos ver el panorama completo, será más sencillo tomar decisiones que nos encaminen hacia la independencia económica. Una vez que hagamos conciencia y tengamos una perspectiva más amplia, será más sencillo ajustar nuestro presupuesto, priorizar y liquidar nuestras deudas malas.
Tener tranquilidad financiera es posible, pero debemos hacer un análisis de nuestra realidad para poder decidir si necesitamos implementar pequeños cambios a nuestra rutina cotidiana. El tiempo y nuestras acciones nos ayudarán a trazar el camino más adecuado y nuestra perspectiva nos permitirá ver el horizonte completo.