Sembrando el terreno
No somos perfectos, somos perfectibles. No estamos exentos de cometer errores, pues los errores nos permiten aprender. No buscamos la vida ideal, pues la imperfección es parte de nuestra esencia. La salud financiera es fundamental, pero debemos ir construyéndola paso a paso. La salud financiera comienza con una buena educación financiera que nos permita tomar mejores decisiones, pero nuestros mejores maestros son nuestros errores y la manera en que aprendemos a afrontarlos.
Somos seres humanos. Somos criaturas de hábito. Somos seres en aprendizaje constante. Somos seres humanos y aprendemos sobre la marcha. Somos seres humanos y de pronto tropezamos con la misma piedra dos veces. Somos seres humanos y poco a poco vamos aprendiendo de aquello en lo que nos equivocamos.
Intentamos alcanzar la perfección. Intentamos alcanzar la vida ideal. Intentamos conseguir la calidad de vida perfecta, pero la perfección no existe. Debemos aprender a vivir suficientemente bien, a administrar nuestros recursos de la mejor manera posible y de plantear un esquema sobre cual podamos ir trabajando día a día.
Nuestra salud financiera está en nuestras manos, por lo que debemos encontrar herramientas y estrategias que nos hagan sentido. No hay una fórmula mágica que funcione a todos por igual. No hay una fórmula secreta que mejore nuestra vida financiera en un dos por tres. No hay un solo método que sea efectivo para toda la humanidad.
Debemos aprender a escuchar a nuestra voz interna. Debemos hacer un análisis de nuestra vida personal y establecer nuestras prioridades. Debemos entender la manera en que pensamos y actuamos para dar pasos firmes hacia la salud financiera. Debemos plantearnos objetivos y educarnos financieramente para lograrlos. Debemos sembrar un terreno sólido y construir nuestro patrimonio paso a paso. Debemos pensar en el presente y en el futuro al mismo tiempo para tener una vía por la cual caminar.