No nacemos sabiendo

No nacemos sabiendo

El capital es fluctuante y está sujeto a la volatilidad de la vida cotidiana. El capital tiende a devaluarse con el tiempo y con factores externos como la inflación. El capital varía con el pasar de los días, por lo que no es fácil tener un control exacto de nuestras finanzas y proteger nuestro patrimonio contra los eventos inesperados de la vida. 

Cuidar nuestros recursos es esencial y es responsabilidad de cada uno de nosotros el manejo que le demos. Hacer uso de estrategias financieras adecuadas nos permitirá blindar nuestro capital y sacarle un mayor provecho. Administrar nuestras finanzas de manera eficiente permitirá que nuestra vida económica sea más estable y se tabalee menos ante las vicisitudes de la vida. 

Poco a poco iremos adquiriendo más experiencia. Poco a poco iremos construyendo nuevas estrategias. Poco a poco lograremos tener una visión más general de nuestro estado financiero. Poco a poco podremos analizar nuestra situación económica con ojos más curtidos y podremos elaborar un plan de acción que vaya acorde con nuestro estilo de vida. Poco a poco lograremos construir un terreno sólido que nos permitirá tomar decisiones con inteligencia financiera. 

No nacemos sabiendo, pero sí nacemos con ímpetu de aprender. No nacemos con todas las cartas puestas sobre la mesa, pero sí nacemos con potenciales listos para ser explotados. No nacemos con una educación financiera, pero sí nacemos con una hoja en blanco que nos brida la oportunidad de escribir nuevos aprendizajes sobre ella. 

La educación financiera es parte de nuestro aprendizaje cotidiano. La educación financiera es parte de nuestra experiencia de vida. La educación financiera nos permite obtener herramientas que nos ayudarán a diseñar nuestra calidad de vida futura. La educación financiera nos brinda una amplia gama de posibilidades y nos permite sentar las bases para un recorrido más estable.