Los Smart Contracts revolucionando la legalidad

Los Smart Contracts revolucionando la legalidad

Todos hemos escuchado hablar de la tecnología Smart. Ya hace varios años los teléfonos se volvieron inteligentes, las bocinas, las televisiones e incluso los electrodomésticos se dotaron de intelecto también. Por supuesto eso no se refiere a que nuestra tecnología se haya dotado de un razonamiento propio, sino de una importante gama de funcionalidades y acciones nuevas que nos permiten interactuar de mejor manera con los aparatos. Así, la tecnología Smart, que facilita muchos procesos, ha avanzado hasta el área legal, generando contratos inteligentes o “Smart Contracts”.

En estos contratos, en mayor avance en su desarrollo no está en permitir una firma electrónica o almacenar el documento de manera electrónica, sino que son programas que realizan análisis y ejecutan alguna de las partes de su lógica interna.

Los usos más comunes de los smart contracts son diversos, pueden ser utilizados para votar por publicaciones de foros o incluso generar contratos de préstamos o de fondos de ahorro para el retiro. Algunas de las compañías principales que han utilizado esta tecnología y trabajan en desarrollarla mejor son Ethereum, Hyperledger, Counterparty, Rootsock o Corda. 

Los smart contracts son una de las aplicaciones de negocios con mayor potencial para las tecnologías DLT. Con ellos es posible acercar a dos extraños por medio del comercio electrónico sin necesidad de que exista un intermediario. Estos contratos sustituyen el papeleo legal. Cuando hablamos de un contrato electrónico hablamos de un contrato que se ejecuta por sí mismo. Esto elimina la necesidad de participación de terceros, además de que se escriben como programas informáticos en lugar de ser documentos impresos con lenguaje legal.

Este nuevo tipo de contratos facilita las interacciones entre vendedores y compradores de bienes y servicios a través de la web. Sin embargo, esta es sólo una evolución de los procesos legales tradicionales para la generación de iun contrato. Los abogados y en general los procesos legales no podrán ser sustituidos por esta tecnología, sino que se complementarán con ella.