La salud emocional es tan importante como la salud financiera
Todo en la vida va evolucionando. Todo en la vida va tomando su curso. Todo en la vida se va acomodando. Todo tiene un principio y un fin. Todo comienza y termina. Todo se va modificando y se va adaptando conforme pasa el tiempo. La vida financiera funciona de la misma manera. Lo que funciona hoy quizá no funcione mañana. La realidad de hoy puede verse dramáticamente modificada de la noche a la mañana y los consejos que nos son de utilidad en un momento determinado, pueden ser obsoletos en otro.
Las crisis generan incertidumbre. Las crisis provocan duda. Las crisis causan que replanteemos nuestro esquema y nos adaptemos a lo desconocido. Las caídas financieras aparecen y muchos de nosotros no sabemos como actuar. Las debacles económicas llegan, los mercados financieros se vuelven volátiles y muchas veces no sabemos si es mejor invertir o guardar nuestros ahorros debajo del colchón. Toda inversión conlleva a un riesgo, por lo que quizá la mejor alternativa ante un escenario de crisis sea realizar aportaciones a nuestro fondo para emergencias.
Las crisis económicas nos orillan a tomar decisiones precipitadas con tal de cuidar nuestras finanzas personales. Las crisis económicas pueden paralizarnos y provocar dudas dentro de nuestro ser. Las crisis económicas pueden causar que tomemos decisiones importantes a la ligera y que no liquidemos nuestras deudas a tiempo por miedo al futuro. Las crisis económicas terminan tarde o temprano y la situación se puede volver más compleja si no mantenemos nuestras finanzas personales bajo control. Siempre es mejor mantener orden en nuestras finanzas que acumular deudas innecesarias.
Las crisis financieras nos permiten reevaluar nuestra vida, sentar prioridades y elegir aquello que nos benéfica. Las crisis económicas nos permiten tener una perspectiva distinta de la vida y aprender a escuchar nuestras necesidades. La salud emocional es tan importante como la salud financiera, por lo que lo ideal es crear un equilibrio.