El poder de la mente y las emociones
Nuestra mente es la guía que rige nuestro día a día. Nuestra mente nos conduce por la vida y crea realidades que nos siempre coinciden. Nuestra mente puede jugar a nuestro favor o en nuestra contra; todo depende de las herramientas que utilicemos. Nuestra mente es sumamente poderosa e influye en nuestra cotidianeidad más de lo que pensamos. Nuestra mente tiene un impacto monumental sobre nuestra manera de pensar, de actuar y de conducirnos por la vida. Nuestra mente tiene una influencia monstruosa sobre nuestras decisiones, por lo que es elemental lograr que nos guíe hacia la salud financiera.
Nuestro inconsciente es más poderoso de lo que pensamos y habla de nosotros más de lo que imaginamos. Nuestro inconsciente juega un rol fundamental en nuestras decisiones cotidianas y hay numerosos factores que pueden influir a la hora de tomar decisiones financieras. Nuestro inconsciente puede llevarnos hacia el éxito financiero o hacia el fracaso financiero; todo depende de las estrategias que utilicemos a la hora de ahorrar e invertir.
Nuestras emociones están presentes constantemente y tienden a tener gran influencia sobre nuestras decisiones financieras. Nuestras emociones están íntimamente arraigadas a nuestra vida cotidiana y nos conducen por caminos que no siempre son los que buscamos. Nuestras emociones guían nuestros pasos e influyen sobre nuestra mente. Nuestras emociones nos pueden ayudar a detectar malas rachas financieras y nos pueden abrir los ojos o cegarnos a la realidad en la que vivimos.
Todo es relativo, por lo que es elemental que no comparemos nuestra vida con la de otros. Todo es relativo, por lo que es esencial que nos situemos en nuestra propia realidad antes de tomar decisiones respecto a nuestras finanzas personales. La vida de cada persona es individual, por lo que es fundamental escuchar a nuestro inconsciente, tomar en cuenta nuestras emociones, vivir en el presente y mirar hacia el futuro. La vida de cada persona es única y singular, por lo que es importante cuidar que las decisiones financieras de otros no influyan sobre las nuestras.
En fin. La educación financiera es fundamental, pero no le quita importancia a nuestro ser interno. Es igual de importante tener nociones financieras básicas que situarnos en nuestra propia realidad y escucharnos a nosotros mismos antes de tomar decisiones.