El dinero es emocional
El dinero representa mucho más de lo que imaginamos, pues está íntimamente relacionado con nuestras emociones. La manera en que manejamos nuestros recursos y organizamos nuestro capital habla mucho de nuestra vida interna. La forma en que nos relacionamos con nuestras finanzas personales y la manera en que abordamos el tema tiene mucho que ver con la forma en que nos tratamos a nosotros mismos. Mejorar nuestra situación económica comienza con tener una comprensión exhaustiva de nuestra vida interna.
Transformar nuestra situación financiera y encaminarla hacia una mejor calidad de vida es mucho más fácil de lo que pensamos. Poner orden en nuestras finanzas personales comienza con entender nuestras emociones y tener presente la raíz de nuestros conflictos económicos. Todo comienza cuando entendemos porqué nos relacionamos de tal o cual manera. Todo comienza cuando tenemos clara la raíz de nuestro aprendizaje financiero. Todo comienza cuando tenemos presentes los conocimientos que adquirimos de nuestros padres y la manera en que internalizamos esos aprendizajes.
El estrés financiero es real y nuestra situación económica no es la única responsable, pues puede estar causado por sentimientos de miedo, inseguridad y vergüenza. El estrés financiero es real y emocional a la vez, pues si lo vemos tras una óptica distinta, podemos entender que toca y permea cada aspecto de nuestra vida.
Los sentimientos implicados en nuestra vida financiera son reales, por lo que es fundamental entenderlos a profundidad para poder resolver nuestra situación económica y encaminarnos a la libertad financiera. Las emociones relacionadas con nuestra situación económica son reales, por lo que es esencial comprenderlas para vivir en paz y con salud financiera.
Muchas veces los problemas económicos tienen que ver con control, mientras que otras veces tienen que ver con errores que cometemos una y otra vez. Muchas veces los conflictos financieros tienen que ver con malas decisiones, mientras que otras tienen que ver comparaciones irrelevantes.
Los conflictos económicos tienden a causar sensaciones incómodas, pero si entendemos la manera en que actuamos ante nuestro capital, habremos recorrido la mitad del camino.