Conocer hace una gran diferencia

Conocer hace una gran diferencia

Conocer hace una gran diferencia, pues nos permite tomar decisiones financieras más acertadas y encarrilar nuestros pasos por mejores vías. Tener una buena educación financiera nos acerca a la independencia económica, nos ofrece herramientas funcionales y nos permite elegir con determinación. Actualizar nuestros aprendizajes financieros nos permite mantenernos al día, elegir con base en nuestras necesidades y posibilidades y pensar con mayor claridad. 

Alcanzar la libertad financiera no tiene que ver con la cantidad de dinero que ganamos ni con el puesto de trabajo que desempeñamos. Llegar a la independencia económica no es cuestión de suerte ni de nuestro nivel de ingresos. Conseguir la libertad financiera tiene que ver con una ampliación de nuestros conocimientos, con una buena organización de nuestro capital y con la disciplina suficiente para distribuir nuestro dinero con certeza. 

Hay infinidad de seres humanos sobre la Tierra y cada uno es completamente distinto. Cada individuo es único e irrepetible y piensa y opera de manera diferente. Cada persona tiene su forma peculiar de caminar por la vida y de tomar decisiones financieras, por lo que es elemental que nos conozcamos a profundidad, que entendamos nuestras motivaciones y que actuemos acorde a nuestro estilo de vida. 

Si queremos alcanzar la libertad financiera, es fundamental que nos situemos en nuestra propia realidad, que evitemos comparaciones y que eliminemos tabúes que solo nos hacen ruido. Es esencial que erradiquemos los mitos que tenemos en torno al dinero, que desechemos nuestras reglas internas que ya no nos son útiles y que aprendamos a derrotar a nuestros monstruos internos. Si pretendemos gozar de una mejor calidad de vida, debemos entender la maraña financiera que hemos creado y enderezar nuestras finanzas personales. 

A veces nos sentimos ahogados en un vaso de agua, nos enfrascamos en nuestros pensamientos y nos cuesta trabajo recuperar nuestra estabilidad financiera. De pronto sentimos que hemos perdido la batalla, que nuestras finanzas personales nos rebasan y que no hay salida fácil al caos financiero que nos invade. De vez en vez se nubla nuestra vista, pero no debemos dejar que un simple desafío tumbe nuestras finanzas personales y nos aleje de la libertad financiera, por lo que no debemos dejar de conocer y informarnos para estar siempre preparados para lo que venga.