Es un círculo vicioso
La pandemia del coronavirus ha generado cosas inimaginables. La situación se va tornando más compleja día con día. La crisis sanitaria está en su máximo auge y la fase de contagio está en su pico más elevado. La crisis económica no parece tener freno; no encontramos pies ni cabeza a la situación y se van sumando elementos que dan de que hablar. La crisis financiera traerá consigo una recesión económica inminente. Los especialistas coinciden en que llegará a corto plazo; la incógnita es la duración y la magnitud de esta.
Según el Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior (Comce), la recesión económica afectará tanto a México como a Estados Unidos. Siendo nuestro vecino país del norte nuestro principal socio comercial, la recesión generada entre ambas naciones, aunada a las restricciones en la actividad económica provocarán una caída drástica en el comercio internacional. La pausa laboral y financiera surgen como un intento de mitigar los efectos del Covid-19, pero, sin duda, traerá consecuencias.
Según los especialistas y los análisis de Comce, la caída del PIB que nos espera será la más grande de la historia y el comercio exterior se verá afectado de manera dramática. De hecho, ya se ha podido visualizar una pérdida relevante en el comercio exterior desde hace varias semanas. Los expertos concuerdan en que seguramente las importaciones también sufrirán pérdidas importantes y, sin duda, el desempleo seguirá en picada. El panorama pinta turbulento para este lado del mundo.
Todo es un círculo vicioso difícil de atacar. Si las personas no tienen empleo y no generan ingresos, dejarán de comprar y consumir, y, por consiguiente, Estados Unidos dejará de importar. Si la economía está en pausa, México dejará de exportar. ¿Cómo rompemos este círculo? No hay sector que no se esté viendo afectado por el Covid-19. ¿Qué sigue?