El ahorro: la nueva normalidad

El ahorro: la nueva normalidad

Los hábitos financieros se han convertido en una obligación. Millones de mexicanos se han enfrentado a una nueva realidad en la que han perdido un gran porcentaje de sus ingresos. Los distintos niveles socioeconómicos del país han tenido que ajustar sus cuentas, reducir sus gastos y comprar solo aquello que es realmente esencial. La pandemia nos ha enseñado muchas cosas, entre otras, a ahorrar y a establecer prioridades. 

Muchas familias mexicanas se han topado a una nueva normalidad y se han visto obligados a adquirir solo aquello que consideran esencial. El confinamiento y la sana distancia nos han ayudado a ver las cosas desde otra perspectiva. Un altísimo porcentaje de los mexicanos han tenido un impacto negativo en sus ingresos, y todos ellos, especialmente los del sector socioeconómico más bajo, están viviendo las consecuencias día a día. 

En un inicio, se vio un incremento masivo en las compras de pánico, lo cual afectó las finanzas de muchas familias mexicanas. Desde el punto de vista comercial, muchas empresas salieron ganando, especialmente aquellas que se encargan de la producción de papel de baño, leche, latas de comida y otros productos no perecederos. De pronto llegó la pandemia del Covid-19 y todo cambió. Muchos negocios suspendieron sus actividades. Muchas empresas cerraron sus puertas. Muchas familias se encerraron dentro de sus hogares y sus ingresos sufrieron una reducción significativa. 

La mentalidad de muchas personas se ha visto alterada por la crisis económica. Las finanzas de muchas familias se han visto afectadas. La adquisición de productos esenciales es lo único que ha perdurado y las prioridades han cambiado. El comercio electrónico está en su máximo auge. Las plataformas de ventas en línea han crecido considerablemente. Por otro lado, muchas grandes empresas están sufriendo grandes pérdidas y han tenido que ofrecer apoyo a sus trabajadores.

La crisis económica que vive nuestro país es grave y se espera una recesión aún peor. Todos tendremos que adaptarnos a esta nueva normalidad y ajustar nuestras finanzas a la nueva economía del país.