¿Juntar ahorro y débito para tu salud financiera?
El mundo actual es complicado. Existen muchos retos en nuestra vida cotidiana y con respecto a nuestra situación financiera hay todavía más. Vivimos en una realidad en la que la inflación, el estrés y los cambios pueden hacer parecer que tener una salud financiera es inalcanzable. Sin embargo, comenzar con pequeños hábitos puede hacer que lleguemos a esta meta. Un secreto detrás de esto es comenzar con tu ahorro y débito. Si juntas ambos elementos, podrás empezar un patrimonio.
¿Cómo comenzar? Los hábitos pequeños funcionan como un efecto de gotera. Si dejas que escurra, puedes creer que no pasa nada, que sólo es una pequeña fuga. Sin embargo, si pones una cubeta, al final del día notarás que está llena. Ahorrar funciona igual, sólo que en lugar de tener que vaciar la cubeta, puedes aprovechar y recoger los frutos. Lee más acerca de cómo funcionan los buenos hábitos financieros en este artículo.
Ahorro y débito: ¿cómo se relacionan?
Uno de los primeros consejos que te dan cuando comienzas a investigar de educación financiera es ahorrar. Puede parecer lo más lógico, pero en la realidad llega a ser más difícil de lo que parece. Es normal. Sin embargo, ahorrar ayuda a comenzar muchos otros procesos que ayudan a desarrollar la estabilidad financiera. Una vez que comiences, acceder a otras herramientas financieras será más fácil. Tras comenzar a ahorrar un poco, deberás guardar tu dinero en algún sitio seguro. Una opción sencilla y confiable para esto es una tarjeta de débito. A continuación te explicamos más de los pasos para que esto funcione de la mejor manera.
Prioriza el ahorro sin sufrir
Para comenzar con el ahorro, es necesario hacerlo de manera consciente. Al inicio debe ser algo que esté en nuestra mente constantemente. Esto implica hacer un presupuesto y destinar, de forma muy específica, una cantidad al ahorro. Es normal que al comienzo sea difícil, pero puedes apoyarte de recordatorios y registros para lograrlo. También es probable que existan gastos inesperados y percances. No te preocupes. El secreto es no dejarlo y hacerle frente a estos imprevistos. Además, recuerda volverlo una prioridad. Si quieres saber más de cómo hacerlo, dirígete a este enlace.
Pero no te desanimes. No todo es complicado. Al contrario: el ahorro está en todas partes. Puedes comenzar con pequeñas acciones diarias que te ayudarán si no es tu costumbre. De esta forma puedes comenzar y después se volverá más sencillo:
- Cuando vayas a hacer compras: ya sea al supermercado, de ropa, o de lo que necesites, puedes ahorrar. Comienza a comparar precios y marcas antes de realizar tu compra. Puede que te lleve un poco más de tiempo, pero te ahorrará mucho a largo plazo.
- Revisa tus rutinas y rutas. Si puedes acortar o cambiar algunos traslados, o hacerlos en grupo, podrás ahorrar en transportes.
- Recuerda de no abusar de los créditos. No son dinero extra, sino préstamos. Tendrás que pagarlos en algún momento. Por eso siempre piensa antes de tomarlos.
Si quieres conocer más de cómo incorporar el ahorro de forma sencilla y con hábitos pequeños, puedes leer este artículo.
Ahorro y débito: Parte de la educación financiera
Como te mencionamos, el ahorro es el primer paso para tener una mayor estabilidad y salud financiera. Pero, ¿qué sigue después? Para continuar es necesario que te familiarices con algunos conceptos y comiences a empaparte de educación financiera. El siguiente paso es conseguir y descubrir herramientas y productos financieros que existen en el mercado para poder aprovecharlos. Dos de ellos son las tarjetas: de crédito y débito. Ambos mecanismos te ayudan a disponer del dinero de formas que puedes pagar más cosas de forma segura. Sin embargo son distintos. Puedes ahondar más en sus detalles en este enlace.
Ahorro y débito: cómo funciona la tarjeta
En esta sección te ayudaremos a conocer más acerca de las tarjetas de débito, ya que éstas pueden ir muy de la mano con tu ahorro. Una tarjeta de debido es un instrumento financiero con el que puedes hacer pagos en comercios, compras en línea y retirar efectivo en cajeros. Sin embargo, es importante que recuerdes que el dinero que tendrás a tu disposición es tuyo, es decir, tú puedes ingresar el monto que desees y dispondrás de él en tu tarjeta. No es un préstamo, sino que te pertenece. Este es el primer paso: Si depositas tus ahorros en una tarjeta de débito, podrá ser un lugar más seguro para tu dinero. Si quieres conocer más de los básicos de esto, lee este artículo.
Beneficios de las tarjetas de débito
Es probable que te preguntes, ¿cuál es el beneficio de guardar tu dinero en una cuenta de débito? Aquí te dejamos algunas ventajas:
- Tendrás disposición de tu dinero de manera sencilla y accesible. Puedes usar la tarjeta en cajeros automáticos, en comercios, en compras en línea y más. Además de que no tendrás que cargar con el efectivo.
- Puedes llevar un registro de tus gastos. Hoy en día las tarjetas de crédito van acompañadas de aplicaciones en las que puedes separar tus fondos y apartar las cantidades que quieras ahorrar. Además, puedes conocer en qué gastaste de manera más precisa.
- Son seguras. Las tarjetas tienen distintos mecanismos que te permiten tener seguridad de que tu dinero está protegido. Muchas de ellas vienen acompañadas de seguros, claves y mecanismos de seguridad.
Si quieres conocer más al respecto, puedes leer este texto acerca de las tarjetas de débito.
Consejos finales
Ahora que conoces cómo mezclar el ahorro y débito, puedes empezar a investigar más acerca de conceptos financieros. De esta forma, acceder a nuevos productos financieros te será más sencillo y podrás hacerlo con mayor facilidad y de forma responsable. Acércate a los bancos que tengas cerca y pregunta por sus productos. Recuerda que existen distintos tipos de préstamos, tarjetas, y riesgos. Puedes ahondar más al respecto en esta guía.
Lo más importante es que no te olvides de comenzar y dar el primer paso. Puede ser difícil al iniciar, pero poco a poco volverás un hábito estas pequeñas acciones. De esta forma, llegarás lejos y, cuando menos lo pienses, estarás recogiendo el fruto de tus esfuerzos.