EL AHORRO Y LOS JÓVENES

EL AHORRO Y LOS JÓVENES

Es un hecho que la mayoría de nosotros trabajamos mucho, ya sea en un empleo, fijo o no, estudiando, etc., para ganar dinero, que se destina después a pagar la esolcaridad, libros, transporte, o cuentas de electricidad, internet, gas, agua, bancos, casas comerciales, etcétera, etcétera.

Todos estos son pagos necesarios. Pero, ¿por qué no pagarnos a nosotros mismos? Nos lo merecemos, ¿no?

Desde ahora, vamos a contar con ese dinero para viajar, ir a conciertos o quizá premiarnos con algo que vimos por allí y que nos gustó.

¿Sabes en realidad qué es el ahorro? Salimos a la calle y nos encontramos con que 44% de los jóvenes consideran que el ahorro significa limitarse a los gastos indispensables; 32% lo entienden como guardar dinero en el banco; y 23% piensa que es comprar todo más barato.

Pero no. El ahorro es la parte de nuestros ingresos que no gastamos en nuestro consumo habitual. En conclusión, ese será nuestro pago, lo que nos permitirá responder frente a algún imprevisto o accidente, o bien obtener algún producto deseado.

La pregunta es: ¿cómo lo logramos, si apenas nos alcanza para pagar nuestras cuentas?

La respuesta es única y sencilla: planificando. Es decir, incorporando un porcentaje de ahorro dentro de nuestros gastos fijos. En otras palabras, nos pagaremos una cantidad fija todos los meses cambiando la antigua fórmula:

ingresos – gastos = ahorro

Por una nueva:

ingresos – ahorro = gastos

Más claramente,

Antes de comprar un producto, nos preguntaremos si realmente lo necesitamos;

Compraremos al contado, al menos en el supermercado, cotizando para elegir el mejor precio. en definitiva, saber gastar con el objetivo de ahorrar;

Revisaremos nuestras finanzas y descubriremos en qué estamos endeudados y, con base en este resultado, analizaremos la posibilidad de eliminar ciertos productos de consumo, a fin de generar ahorro en nuestro presupuesto.

Tengamos siempre presente que ahorrar no es sólo guardar, sino saber gastar.

A fin de cuentas, ahorrar sí es posible. Basta con apartar cada mes algo de tus ingresos para “pagarte a ti mismo”; cotizar para saber dónde es más conveniente comprar y utilizar cualquier tipo de crédito sólo para cuando realmente sea necesario.

¡Ya déjate de excusas! ¡Ahorra, ahorra, ahorra! ¡Y desde ahora!