Tasa de interés pasiva
Las tasas de interés son el precio del dinero en el mercado financiero. Hay dos tipos de tasas de interés: la activa, o de colocación, es la tasa que cobra el banco por los préstamos que otorga y la pasiva, o de captación, es el porcentaje que paga el banco a las personas por concepto de depósitos. En este sentido, las personas que ahorran dinero ponen este a disposición del banco, el cual invertirá ese mismo dinero en forma de préstamos a otros individuos o empresas.
Dentro de las tasas de interés, hay otra gran diferencia que es aquella entre la tasa de interés simple y la compuesta. En el interés simple siempre se calcularán los intereses sobre la cantidad inicial que depositemos. Sin embargo, con el interés compuesto, se aplicará la tasa de interés pasiva sobre la cantidad inicial más los intereses acumulados de períodos anteriores. Si bien, nuestra rentabilidad no cambiará mucho durante los dos primeros años si que cambiará drásticamente las cantidades que podemos obtener en el largo plazo.
No solo hay que considerar la tasa de interés pasiva nominal cuando se comparen las diferentes ofertas o promociones que las entidades ofrezcan, también habrá que tomar en consideración el cobro de comisiones, otros cargos adicionales o el tan conocido “costo del mantenimiento de cuenta”, los cuales podrían reducir la cantidad final que esperábamos. Por ello tendremos en cuenta la Tasa de Rendimiento Efectivo Actual (TREA), cuyo valor será igual al valor total de los intereses que se nos ofrecen menos las comisiones y los gastos comentados.Una vez calculado el TREA deberemos considerar las diferentes ofertas por aquellas características o facilidades que nos ofrecen. Por ejemplo, si una entidad nos ofrece un TREA del 3,2% pero no cuenta con plataforma en línea donde podamos consultar y administrar nuestros ahorros, quizás nos interese (nunca mejor dicho) elegir otro banco con un TREA menor pero mejores condiciones.