Registro Federal de Contribuyentes (RFC)
El Registro Federal de Contribuyentes (RFC) es una clave única que toda persona, física o moral, debe tener. Nuestro país requiere de esta clave para realizar cualquier actividad económica legal y, al registrarse, los individuos se vuelven contribuyentes de la nación.
El RFC incluye datos específicos del individuo o empresa y se obtiene a través del Servicio de Administración Tributaria (SAT).
El RFC es una clave otorgada por el gobierno mexicano, cuenta con caracteres alfanuméricos y sirve para identificar a las personas o empresas que desempeñan labores económicas, reciben un salario y pagan impuestos dentro del país. La clave alfanumérica se conforma por la primera letra y vocal del apellido paterno, la primera letra del apellido materno y, posteriormente, la primera letra del nombre de pila. Los siguientes dígitos hacen referencia al año, mes y día de nacimiento.
El Registro Federal de Contribuyentes es relativamente fácil de obtener, pues solo es cuestión de seguir una serie de pasos y acudir a una entidad fiscal autorizada para realizar el trámite de forma presencial. Es importante cumplir con ciertos requisitos y validar la identidad de la persona a través de comprobantes y poderes autorizados por el SAT.
Como mencionamos anteriormente, el RFC aplica tanto a personas físicas como a personas morales y no es exclusivo de individuos que superen la mayoría de edad. Cuando deseamos obtener esta clave, es esencial considerar si contamos con la Clave Única de Registro de Población, mejor conocida como CURP, pues los trámites son distintos y los requisitos varían.
El RFC es un registro indispensable para cualquier persona que labore dentro de nuestro país y agrupa a distintos tipos de personas y empresas. Al momento de tramitar esta clave, es elemental determinar la categoría a la que ingresaremos.
La clasificación llamada sueldos y salarios va dirigida a personas físicas que brindan sus servicios a un tercero o que laboran para alguna compañía o dependencia gubernamental. La categoría de prestación de servicios profesionales tiene que ver con aquellos que trabajan de manera independiente. Finalmente, el régimen de incorporación fiscal hace referencia a los pequeños comerciantes, los cuales suelen ser individuos que no cuentan con prestaciones ni seguro social, no pagan impuestos en el momento en que abren un negocio y son más susceptibles a solicitar préstamos.