¿A qué llamamos Insolvencia?
La insolvencia, por definición es la incapacidad de pagar una deuda, es decir, cuando una persona no cuenta con los recursos suficientes para cumplir con sus obligaciones fiscales a través de medios líquidos. Una persona se considera insolvente cuando no puede pagar sus gastos y deudas.
Tipos de Insolvencia
Hay distintos tipos de insolvencia, pues todo depende de las circunstancias y del tipo de deuda existente. La insolvencia de flujo de caja o efectivo surge cuando la persona, física o moral, no puede pagar lo que debe, ya sea por falta de recursos o por falta de estrategias. La insolvencia de balance se genera cuando una persona o empresa no puede pagar el total de sus deudas y puede entrar en un estado de bancarrota. A través de negociaciones, se puede solucionar la problemática sin crear conflictos adicionales. La insolvencia contable se da cuando los pasivos totales son mayores a los activos totales.
Tipos de Deudores
Es importante saber que existen dos tipos de deudores, pues es distinto cuando el deudor es una persona física o una persona moral. Cuando hablamos de personas físicas, la insolvencia permite renegociar o cancelar la deuda a través de la demostración del estado de insolvencia. Cuando se trata de una persona moral, es importante que se llegue a un acuerdo, pues, de lo contrario, la empresa puede quebrar. Existen otros tipos de insolvencia, los cuales varían desde el patrimonio del deudor, el proceso y la resolución judicial.
¿Cómo resolver tu insolvencia?
La insolvencia puede tener graves consecuencias, pero siempre existe la manera de enfrentar las dificultades y solucionar la problemática a través de negociaciones. La idea para resolver la insolvencia es reestructurar la deuda, logrando que la persona o empresa enfrente dificultades financieras de manera eficiente. La reestructuración de negocios o recuperación comercial ayuda a implementar cambios efectivos para impulsar un negocio y liquidar las deudas existentes.