Cash flow
El cash flow, también conocido como flujo de caja, flujo de efectivo o flujo de tesorería, mide la capacidad que tiene una empresa de generar liquidez. El cash flow permite conocer el flujo actual de pagos y cobros, permite conocer la situación financiera de una empresa y ayuda a determinar el monto de capital que existe dentro de un negocio.
Es importante tomar en cuenta el cash flow para poder tener un panorama más detallado sobre la economía interna de una empresa, pues nos ayuda a saber si podemos pagar a nuestros clientes, proveedores y trabajadores. Además, conocer el cash flow nos ayuda a realizar inversiones adecuadas y a mantener estableces las operaciones internas de una empresa.
El cash flow se calcula a través de una operación matemática simple, la cual comprende la suma del beneficio neto más las amortizaciones más las provisiones de un negocio. La amortización hace referencia a la depreciación permanente de un activo debido a su tiempo y uso, mientras que la provisión tiene que ver con una depreciación eventual a causa de un imprevisto. En términos generales, el cash flow tiene que ver con los gastos de una empresa durante un periodo delimitado.
Existen distintos tipos de cash flow dentro de una empresa, los cuales se obtienen a partir de las actividades que realizan. La clasificación más conocida del cash flow incluye inversión, financiación y explotación. Las actividades referentes a la inversión se generan a partir de flujos de tesorería. Aquellas relacionadas con financiación tienen sus raíces en lo que se produce dentro de un negocio y de las deudas que van surgiendo. Finalmente, las actividades referentes a la explotación surgen de ingresos relacionados con la empresa misma.
El cash flow es un elemento esencial que se debe tomar en cuenta en cualquier tipo de empresa, pues permite tomar control de la liquidez interna y ayuda a evitar situaciones financieramente complejas.