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Sabiduría financiera

Hay tentaciones que nos incitan a gastar de más y ponen en riesgo nuestra estabilidad financiera. El mundo externo está lleno de estímulos que pueden afectar a nuestras finanzas personales, encaminarlas por vías inadecuadas y tumbar nuestra salud financiera. Muchas personas viven sobre un telón de incertidumbre y cuentan con poca educación financiera, por lo que muchas veces se dejan llevar por lo atractivo, sin pensar en las grandes repercusiones financieras que vienen implícitas.

Más tiempo, más daño

Pretendemos que la economía mexicana es estable, que vamos brincando hacia la recuperación económica de nuestro país y que tenemos las riendas de nuestras finanzas. Intentamos mitigar los efectos económicos de la pandemia, tapamos el sol con un dedo y retocamos los errores para volverlos imperceptibles. Buscamos la manera de opacar las grandes pérdidas y reparar la economía de nuestro país, pero unos pequeños parches no surtirán el efecto deseado y, eventualmente, la olla explotará.

Nuestro talón de Aquiles

Suele haber irracionalidad en nuestras decisiones financieras, pues no siempre nos vamos por el camino lógico ni elegimos lo más común. Los seres humanos tendemos a optar por aquello que más sentido nos hace al momento, sin detenernos a pensar más allá. Nuestras elecciones financieras suelen estar llenas de influencias externas, de experiencias ajenas y de comparaciones que solo nos conllevan a un túnel sin salida. Pero podemos revertir las cosas si nos inyectamos una dosis de educación financiera.

Pequeñas ganancias

Por supuesto que hemos avanzado en materia económica y las finanzas de nuestro país han ido incrementando, pero los cambios no han sido significativos y la economía mexicana parece seguir devastada. El mercado laboral se ha ido recuperando y un sinfín de trabajadores mexicanos han vuelto a sus labores, pero la crisis económica permanece y aún falta un alto porcentaje de empleos por recuperar.

Ni edad ni género

Las finanzas personales no tienen género ni edad, pues todos podemos adquirir una buena educación financiera y dirigir nuestros pasos por vías más eficientes. Algunos han conseguido conocer el universo financiero desde edades tempranas y adoptar hábitos financieros sanos desde el inicio de la vida. Otros han aprendido sobre la marcha y han incorporado estrategias y herramientas financieras conforme lo han ido necesitando. La realidad es que no hay un único camino ni una fórmula mágica para alcanzar la salud financiera, pues cada ser humano es un mundo y las alternativas son infinitas.

El final llegará

Hay varios factores en juego y la economía mexicana pende de un hilo. Intentamos recuperar las finanzas de nuestro país y conseguir estabilidad. Buscamos la salida fácil a esta gran catástrofe económica, pero negamos la realidad que nos rodea y el tiempo está acaparando nuestros sentidos.

Una nueva actitud

Hay un sinfín de factores implicados en nuestras finanzas personales, en la manera en que tomamos decisiones y en la forma en que gestionamos nuestros recursos. Existen elementos ocultos detrás de nuestras conductas, pensamientos escondidos que salen a la luz a través del manejo de nuestro capital y emociones que guían nuestros pasos financieros.

Reparando pérdidas

Las subidas y bajadas económicas han sido constantes y no conseguimos recuperarnos de la crisis económica que aterrizó en nuestro país. Seguimos viviendo las repercusiones económicas de la pandemia, los riesgos permanecen y la estabilidad financiera de nuestro país está en tela de juicio. No logramos concretar estrategias y la actividad económica cae nuevamente, pues el terreno aún es débil y no logramos impulsar un crecimiento económico real.

Satisfaciendo nuestros caprichos

Pocas veces logramos consolidar nuestra educación financiera y aprender de nuestros aciertos y errores. Nos cuesta trabajo buscar alternativas viables, solucionar nuestros conflictos financieros de raíz y encaminarnos hacia una mejor calidad de vida. Tendemos a pensar que el futuro se encargará de resolver nuestros dilemas económicos, que el día a día irá acomodando las piezas del rompecabezas y que nuestros años de jubilación serán un sueño.

Estancados en un agujero

La situación económica de nuestro país no es clara, pero definitivamente es compleja y las grandes pérdidas están surtiendo efecto. El negativismo ronda por los aires de nuestro país, la crisis económica incrementa y los niveles de pobreza no descienden. La pobreza laboral permanece y, a pesar de que se han recuperado muchos empleos formales, la informalidad sigue ganando la carrera y las finanzas mexicanas no logran estabilizarse.