Uber: ¿quién pagará la marca?
(6 de noviembre de 2019)
Con 10 años en el mercado, Uber no logra ser rentable. Aunque entre 2016 y 2019 el número de usuarios activos mensuales a nivel mundial crecieron de 50 millones a 110 millones, los gastos y costos de operación parecen incrementarse para la compañía al mismo ritmo y dimensión, a lo que se suma que Uber debió invertir 2 mil 500 millones de dólares en que va del año para mantener sus operaciones.
Lo cierto es que, de acuerdo con algunos analistas, dejan sólo cuatro años de vida para que la firma siga operando a este ritmo o, de lo contrario, podría desaparecer.
El director ejecutivo de Uber, Dara Khosrowshahi, ha prometido que la empresa reportará ganancias para 2021, pero tal posicionamiento ha generado dudas debido al propio modelo de negocio de la empresa, en donde son los subsidios de cada viaje lo que le permite tener una base grande de clientes, que crece en volumen, pero no necesariamente representa valor para la firma.
A principios de 2018, se estimaba que un viaje en Uber de 10 dólares en realidad costaba a la compañía 25 dólares. Eliminar conductores y su aportación para mantener a flote los ingresos de la empresa llevaría a los clientes a multiplicar una tarifa promedio por 250%, a decir de un análisis publicado por The Drum.
La contradicción radica en que es justamente este subsidio el que ha permitido a Uber crecer y ser competitiva en muchos mercados. No obstante, si la empresa quiere sobrevivir debe, cuando menos, reducir los montos que absorbe en cada viaje. Esto significa que, para comenzar a generar ganancias, Uber tendría que incrementar sus precios, lo que, por definición, reduciría la amplia base de clientes que ahora posee.
Lo que sucede hoy con esta marca es una lección para cualquier otra en el mercado actual. El espejismo de llegar prontamente y con facilidad a cada vez más consumidores puede poner freno a las verdaderas acciones que generan negocio.
La lección es: una base amplia de clientes no necesariamente se traduce en ganancias. Frente a la competencia y las propias condiciones del mercado de hoy, las marcas deben centrarse en bases de clientes que realmente reporten valor para su negocio, antes que invertir mucho para llegar al grueso de los consumidores. De lo contrario, las posibilidades de perder serán cada vez más amplias.