Quizá haya presupuesto
El año está terminando y el guardadito original se agotó hace tiempo. Los recursos de nuestro país parecen ser limitados y las prioridades de nuestro gobierno parecen ser distintas a las del resto de la población. El año está terminando y una nueva oportunidad está en puerta. El gobierno federal tiene una visión distinta y visualiza el inicio del próximo año tras una óptica alterna. El año está terminando y el presupuesto con el que contamos no es del todo satisfactorio, al menos no para cumplir con nuestras prioridades y para impulsar el crecimiento económico de nuestro país.
El panorama económico a corto plazo no parece ser muy distinto, pues nuestro primer mandatario tiene sus prioridades bien arraigadas. El futuro de la economía mexicana no parece tener gran impulso, al menos no en los próximos meses. Hay esperanzas, pero las expectativas apuntan hacia una recuperación lenta y tediosa. Hay esperanzas, pero los números no parecen visualizarse muy distintos a lo que vemos hoy en día. Hay esperanzas, pero no parece haber grandes cambios en las finanzas mexicanas, al menos no a corto y mediano plazo.
Estamos inmersos en la peor crisis económica de la historia reciente. Estamos pasando por una de las crisis sanitarias más complejas de las últimas décadas. Estamos viviendo tiempo sumamente complicados y las prioridades de nuestro gobierno no parecen ir alineadas con la realidad. El gobierno federal no parece tener urgencia por mitigar los efectos económicos y sanitarios de la pandemia y el presupuesto del próximo año quizá no logre cubrir con tantos planes, programas y proyectos que tiene en mente nuestro presidente. Nuestro gobierno tiene sus prioridades bien establecidas, pero ninguna de ellas parece ir en vías de erradicar este terrible caos por el que estamos pasando. Las prioridades de inversión de nuestro gobierno parecen ir en torno al Tren Maya, a Pemex y a Santa Lucía.
La pandemia ha hecho de las suyas y sigue presente. La crisis sanitaria y la crisis económica que estamos viviendo es monumental y nuestro gobierno no parece estarle dando la relevancia suficiente. La crisis educativa será algo importante a considerar, especialmente en las poblaciones más vulnerables de nuestro país.
En fin. Quizá haya presupuesto, pero no lo estamos usando de la manera más acertada.