Pronósticos van, pronósticos vienen
Los pronósticos económicos anunciados por el Fondo Monetario Internacional (FMI) son cada vez más optimistas, pero los números pueden ir cambiando conforme pasa el tiempo y conforme transcurra la pandemia. Las variaciones dependerán, en gran medida, de la manera en que cada país logre manejar tanto la pandemia como el proceso de vacunación contra el Covid-19.
Nuestro país ha sido un desastre en la manera en que ha manejado los efectos de la pandemia, pero quizá hayamos aprendido la lección y todo comience a acomodarse. El fracaso sanitario está más presente que nunca y nuestro gobierno parece seguir negado ante una realidad evidente. El colapso económico ha sido monumental y las repercusiones podrían ser eternas, pero aún hay esperanza, especialmente después de haber conocido las cifras arrojadas por el FMI.
Pese a todo, aún hay piedras en el camino y la subcontratación sigue siendo un tema latente. Prohibir la subcontratación no parece ser del todo buena idea, pues las repercusiones sobre el empleo podrían ser más negativas que positivas. Quienes están presentando la iniciativa que pretende prohibir este tipo de contratación no están viendo el panorama completo y no parecen estar pensando en el futuro del mercado laboral. Quizá la idea sea buena, pero trae implícitos un sinfín de elementos que no parecen estar tan claros.
La subcontratación ha funcionado por mucho tiempo en distintos países y nuestro territorio no ha sido la excepción. Esta forma de contratación ha logrado que las empresas tengan la posibilidad de contratar a un mayor número de trabajadores, ha conseguido incrementar los niveles de eficiencia laboral y ha logrado mantener la competitividad dentro de las empresas.
La subcontratación bien implementada es una excelente manera de manejar a los mercados laborales, por lo que la idea de prohibirla no es del todo acertada, especialmente en estos momentos, en los que requerimos apoyo adicional para construir una buena campaña de vacunación contra el Covid-19.
En fin. Pronósticos van, pronósticos vienen.