No hay vía segura
No conseguimos recuperar nuestro lugar en el radar de inversión, ni encontramos la manera en que los inversionistas nacionales y extranjeros vuelvan a confiar en nuestro país. No logramos dar pasos seguros hacia una franca recuperación económica, pues el constante cambio de reglas genera altos niveles de incertidumbre. Tenemos la clave del éxito de las finanzas mexicanas, pero no logramos concretar estrategias para impulsar el crecimiento económico de nuestro país.
No conocemos la ecuación más acertada, pues estamos sumergidos en aguas turbias y el gobierno federal tiene su mirada puesta en otras prioridades. Buscamos la manera de escalar la montaña y de salir de este gran embrollo financiero, pero estamos atados de manos y vemos un camino nublado hacia adelante.
El T-MEC nos ha brindado nuevas oportunidades, pero hemos tomado pocas, pues la falta de estrategias gubernamentales ha conseguido generar un gran ruido interno. Hemos dejado pasar grandes oportunidades que han debilitado a las finanzas de nuestro país. Nos hemos enfocado en dilemas internos que no tienen relevancia y las prioridades de nuestro gobierno siguen caminando por vías alternas.
Los distintos sectores van avanzando, pero el mercado laboral no logra recuperarse del todo. La informalidad sigue ganando terreno y el empleo formal tiene un largo camino por recorrer. Aún quedan infinidad de trabajadores mexicanos sin labores y el proceso hacia la recuperación del empleo ha sido más lento de lo esperado. La crisis del mercado laboral sigue, la pobreza laboral incrementa y los niveles de incertidumbre se disparan. La pobreza extrema no cede y millones de familias mexicanas siguen viviendo tras un telón complejo.
El camino hacia la recuperación económica de nuestro país va avanzando, pero las cifras varían y no tenemos certidumbre del tiempo que tardaremos en regresar a los niveles previos a la pandemia. Las variaciones siguen presentes a pesar de que la población económicamente activa se va reavivando.