No estamos exentos
No estamos exentos de caer en una nueva crisis económica, pues la problemática aún no logra resolverse de fondo. Estamos inmersos en una gran conflictiva, nos topamos con baches constantemente y no concretamos estrategias para impulsar el crecimiento de las finanzas mexicanas. La crisis laboral permanece y la legislación laboral que forma parte del T-MEC puede causar embrollos dentro de los distintos sectores relacionados con el empleo.
En teoría vamos rumbo a la recuperación económica de nuestro país y el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) podría beneficiarnos enormemente. Hay grandes mejorías en la mira, pero eso no garantiza que todo se resolverá y que la crisis del desempleo quedará atrás. Podrían incrementar las posibilidades laborales y mejorar las condiciones dentro de los centros de trabajo, pero la conflictiva permanece, pues no hemos logrado trazas el camino acertado.
La volatilidad financiera persiste dentro del mercado laboral, la inestabilidad no desaparece y los trabajadores de los distintos sectores no consiguen aprovechar sus derechos. La incertidumbre económica permea en los lugares más recónditos, las garantías que ofrece el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) no son del todo efectivas y los dilemas surgen conforme pasa el tiempo.
Los cambios laborales están al día, el optimismo aparece de pronto, pero las preocupaciones relacionadas con el mercado laboral ahondan y no parecen tener planes de desaparecer a corto plazo. La crisis económica puede permanecer por más tiempo, pues la crisis del desempleo no se ha resuelto y la implementación de la reforma laboral está en la mira de nuestro vecino del norte.
Las autoridades estadounidenses monitorean nuestros pasos bajo una sólida estructura, pues el escepticismo persiste y una nueva crisis económica podría desencadenarse en cualquier momento. Tememos no conocer el camino de salida, pero carecemos de estrategias concretas y podemos perder la batalla.