Se siente la cuesta de enero
La cuesta de enero es un concepto de gran uso dentro de la población mexicana. El incremento en precios, tarifas y tasas está en su máximo resplandor. Los aumentos del día a día están afectando desmedidamente a la capacidad de compra de los consumidores, especialmente a aquellos que pertenecen a clases sociales bajas.
Con la entrada del nuevo año, muchos productos están incrementando sus costos. Pequeños desbalances de uno a seis pesos parecen insignificantes, pero son de gran impacto para el público en general. La leche y otros productos lácteos, el pan, el huevo, los embutidos, los refrescos, los detergentes, los cigarros y el alimento para mascotas son tan solo algunos de los productos que están sufriendo los efectos de la cuesta de enero. Estos productos son de gran consumo dentro de los habitantes del país por lo que hay muchas opiniones al respecto. Las reacciones son diversas pero la gran mayoría apuntan a un sentimiento de preocupación, frustración y enojo. Las finanzas personales se están viendo afectadas. Quizá estos movimientos están generando conciencia en los ciudadanos mexicanos.
Las pequeñas tienditas y misceláneas están sufriendo las consecuencias de esta alza. Los pequeños comerciantes y dueños de estos establecimientos están sufriendo el impacto. Los clientes comienzan a quejarse y muchos empiezan a comprar menos. La adquisición de productos es cada vez más complicada y muchos individuos se están limitando a obtener solo lo básico.
Por lo visto todo está subiendo y áreas muy diversas están luchando contra corriente. El impacto es parejo para todos, aunque a cada individuo le afecta de manera muy personal. Todo parece irse ajustando poco a poco y este comunicado fue dado a conocer desde el año pasado. El incremento ha sido paulatino, pero entró en su máximo auge con la llegada del año en vigor.
La gente está preocupada por el futuro. ¿Qué nos espera?